Reconocer que México es una país pluricultural en el que convergen grupos cuya diversidad plantea la necesidad de derechos humanos específicos, es la clave para que la democracia deje de ser una utopía existente sólo en la mente y los discursos de los políticos y se convierta en el centro de la reflexión nacional, aseguró el director de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad de París, Michel Wieviorka.
Michel Wieviorka reconoció hoy que la situación de los derechos humanos en el mundo, replantea la necesidad de un debate profundo en el que los avances tecnológicos, la diversidad de las sociedades, el actual entorno cultural, económico, social y la creciente pobreza, representen el punto de partida.
En ese sentido, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Emilio Alvarez Icaza, –anfitrión de la mesa redonda– consideró que las violaciones a los derechos humanos no son una práctica exclusiva de los dirigentes políticos y las instancias de poder, tras la existencia de grupos vulnerables, se encuentran las relaciones de desigualdad que a través de la convivencia cotidiana se recrean constantemente.
Frente a ello, Edgar Cortés, director del Centro de Derechos Humanos «Miguel Agustín Pro», afirmó que pese a los avances legislativos en materia de derechos humanos, es necesario considerar mecanismos de aplicación, «ya que un derecho que no se exige, es un derecho que no existe».
Asimismo, urgió a instituciones encargadas de la defensa de los derechos humanos a implementar mecanismos de información dirigidos a la sociedad, de capacitación para funcionarios públicos y de fomento hacia una cultura de denuncia.
Por su parte, Isidro Cisneros de la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (Flacso), señaló la importancia de que en este siglo se realice un debate profundo sobre los derechos culturales, mismos que plantean nuevos sujetos de derecho, entre los que destacan los recursos naturales y animales.
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