El periodista Bradley Roland Will, quien fue asesinado en Oaxaca, se sentía apremiado a documentar lo que consideraba afrentas contra los derechos humanos en todo el mundo, por eso se encontraba en la ciudad de Oaxaca en México.
A medida que la situación se tornaba más y más peligrosa, Will decidió quedarse, a pesar de sus temores, quería que la gente supiera lo que estaba ocurriendo. Estoy entrando a un territorio nuevo aquí y no sé si estoy listo, le escribió Will el martes a una ex novia en un correo electrónico. La vida es loca, decía.
El camarógrafo de Nueva York, de 36 años de edad, fue asesinado el viernes pasado en Oaxaca, donde los manifestantes colocaron barricadas en las calles y ocuparon edificios gubernamentales para demandar la salida del gobernador Ulises Ruiz.
Parece que el señor Will fue asesinado durante un tiroteo entre lo que podrían haber sido policías locales y manifestantes, afirmó en un comunicado Tony Garza, embajador de Estados Unidos en México.
Sin embargo, aún no está claro quién hizo el disparo que mató a Will, que trabajaba para Indymedia.org _una organización independiente de la Internet especializada en medios de comunicación, y vendía tomas de video como trabajador independiente.
La noticia de que había muerto en un hospital de la Cruz Roja tras recibir un balazo en el abdomen se extendió con rapidez en la ciudad de Nueva York, donde había vivido más de una década.
La mañana del sábado, gran cantidad de amigos acudieron a una pequeña librería en esta ciudad para recordar a Will, al que describieron como un activista apasionado.
Beka Economopolous, una activista de Nueva York y amiga de Will dijo que su muerte dejará un vacío en sitios donde se requieren periodistas.
La comunidad aquí lo extrañará, afirmó. No sólo porque era una persona muy bella, sino también porque el trabajo que hacía era tan importante. Le apasionaba documentar los padecimientos del mundo.
Will había documentando las protestas en Oaxaca en despachos para Internet durante casi un mes. Sus informes muestran que simpatizaba fuertemente con el movimiento.
Qué puede uno decir acerca de este movimiento, este momento revolucionario, escribió en un despacho fechado el 16 de octubre. Uno sabe que está construyendo, creciendo, tomando forma, intentando desesperadamente obtener una democracia directa.
Los amigos describieron a Will como alguien alto con largos cabellos cafés, anteojos y una barba desaliñada. Le encantaba la música folclórica, tocaba la guitarra y tenía un corazón enorme.
Era una persona cálida y amable, que daba luz a la habitación con sus canciones y su ánimo, dijo Brandon Jourdan, un ex compañero de cuarto suyo.
* Corresponsal de The Associated Press
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