Mujeres de más de 20 países y con experiencias en economía solidaria intercambian ideas y se empoderan gracias a las nuevas tecnologías. Las Penélopes las ha puesto en contacto, recoge sus propuestas y propone acciones para la igualdad, informó Canal Solidario.
Desde hace varios años, las mujeres de la favela Morro da Cruz, en Porto Alegre (Brasil), recogen ropa usada, la arreglan y crean nuevas prendas que luego venden en la ciudad. El reciclaje de ropa ha permitido a muchas mujeres de la zona salir de la pobreza, conseguir unos pequeños ahorros y, sobre todo, empoderarlas y dinamizar la participación social del barrio.
Una experiencia parecida tiene lugar en el barrio popular de Montifort, en la localidad francesa de Lodève, donde diez mujeres bereberes han puesto en común sus conocimientos y han impulsado una asociación de producción de tejido tradicional que ha fomentado su inclusión social y les proporciona ingresos puntuales. Aunque se trata de dos iniciativas muy alejadas en la geografía, las mujeres de Morro da Cruz y de Montifort conocen qué hacen unas y otras y tienen la oportunidad de intercambiar impresiones e ideas.
Todo ello gracias a Las Penélopes, una plataforma que pretende, a través de las nuevas tecnologías e Internet, dar visibilidad a la labor que muchos grupos de mujeres en todo el mundo llevan a cabo para defender sus derechos.
Desde que hace ocho años se creara esta red en Francia, son muchas las entidades que se han sumado al proyecto y han podido intercambiar impresiones y experiencias. En la actualidad, grupos de mujeres de países como Brasil, Congo, Argentina, Bosnia, Francia y Canadá se han puesto en contacto para mostrar sus logros y dar y pedir consejos sobre temas tan diversos como agricultura, derechos humanos, inmigración, género, ecología y economía solidaria.
Esta última cuestión es, de hecho, una de las principales apuestas de Las Penélopes. En su portal de Internet se pueden encontrar hasta 80 iniciativas como las de Morro da Cruz y Montifort, en las que las mujeres y la economía social son los protagonistas.
«En todo el planeta, son las mujeres las que se encargan de alimentar a la familia y, a pesar de las dificultades y de que la gran mayoría no están preparadas para ser empresarias, han inventado muchas formas de gestión colectiva», explica Michele Dessennes, que hace unos días participó en el Foro Social del Mediterráneo.
Entre todas estas propuestas destacan talleres de lectura y escritura, proyectos de costura y decoración, servicios de restauración, formación en trabajo social y talleres de canto, teatro y pintura que de una manera u otra fortalecen a la mujer y, al estar también presentes en la Red, multiplican su potencial. Es el caso de un grupo de mujeres de Nepal, que ven cómo con el apoyo de Las Penélopes y organizaciones internacionales sus esfuerzos para denunciar la violencia de género en su país obtienen mayores resultados.
Como señala Michele Dessennes, «casi siempre son las mujeres las que proponen alternativas de economía solidaria» que buscan beneficios de carácter social más que económicos. «En Francia, por ejemplo, mujeres inmigrantes han formado cooperativas y proyectos de economía social para salir de la discriminación en la que vivían y romper su aislamiento social.»
LOS CAMBIOS, GRAIAS A MUJERES Y MOVIMIENTOS
Además de aprovechar Internet para difundir e intercambiar experiencias de economía solidaria, Las Penélopes da voz a la problemática de las mujeres en el mundo a través de noticias de actualidad, foros y campañas de derechos humanos. Se trata, explican desde la plataforma, de apropiarse de este medio para tejer redes y permitir a mujeres comprometidas con la cuestión de género que gestionen su propio espacio y hagan visible sus alternativas.
A toda esta iniciativa, sin embargo, «deben sumarse los movimientos sociales del planeta», porque de otra manera «no lograremos cambiar el mundo», advierte Michele Dessennes.
¿QUÉ PUEDO HACER YO?
Si quieres unirte a la red de Las Penélopes para informar de iniciativas de mujeres que conozcas, puedes hacerlo a través del correo electrónico [email protected] o de su página web.
2005/GM
