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Reforma al IMSS paso a su privatización

Por Rafael Maya

Lenta pero segura, avanza la privatización del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS). En sigilo, las reformas a la institución prevén el arrendamiento a la iniciativa privada de las instalaciones sanitarias, el reforzamiento de una «visión gerencial» para la atención a la salud, y la restricción a la población asegurada de los servicios médicos especializados.

De ese modo las mujeres –principales usuarias del instituto-, verán agravada su salud al no poder acceder a la atención hospitalaria de segundo y tercer nivel, indispensable para vencer males como el cáncer cérvicouterino y mamario –primeras causas de muerte en las mexicanas–, y enfermedades crónico-degenerativas como diabetes y osteoporosis.

Con la reforma del Seguro Social, alerta el Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social (SNTSS), la mesa está servida para que la iniciativa privada se apropie de los servicios de salud, y el instituto se quede como un mero administrador de cuotas, con las inevitables consecuencias que eso tendrá para las mexicanas, advierte el secretario de Calidad, Productividad y Modernización del Instituto, Héctor García.

Marisela Ruiz, de 42 años, casada y con dos hijos, espera en una abarrotada sala del Hospital de Ginecopediatría, en avenida Politécnico Nacional al norte de la Ciudad de México. Lleva toda la mañana esperando junto con más de 100 mujeres a que le practiquen una mastografía –estudio para detectar el cáncer de seno–.

Agobiada por el dolor tras la aparición desde hace varias semanas de una extraña protuberancia en su pecho izquierdo, acudió a la clínica familiar más cercana a su casa –en la delegación Azcapotzalco–, para que su médico la enviara a realizarse el estudio.

La mujer confía que por esta ocasión -luego de tres citas mensuales canceladas-, no se descomponga el único mastógrafo con que cuenta el hospital y por fin le realicen el análisis.

De tener suerte, tendrá que esperar al menos un mes para que en su próxima consulta médica le informen los resultados del estudio. En tanto, su cáncer avanza y de ser necesario requerirá de quimioterapias o incluso de una intervención quirúrgica para salvar su vida.

El SNTSS advierte que es cuestión de tiempo para que las reformas emprendidas en el IMSS, tengan sus efectos letales en la ya de por sí deficiente atención que se brinda a las mujeres derechohabientes.

Así, de manera gradual se irá limitando a mujeres como Marisela el acceso a una atención más especializada para su enfermedad, y se pretenderá, que todos los males se resuelvan en el primer nivel de atención, es decir, en las Unidades de Medicina Familiar (UMF), con servicios elementales.

EL PRIMER NIVEL, UN DESASTRE

Las UMF otorgan los servicios de salud reproductiva, materno-infantil y planificación familiar. No obstante, este primer nivel enfrenta una situación catastrófica: cancelación de nuevas plazas en el IMSS desde 1999 (se requieren de al menos 12 mil 500) y un aumento de la población derechohabiente que rebasa en mucho la ya de por sí deficiente infraestructura (41 millones y medio de personas hasta septiembre de 2003).

Aunado a ello está la carencia de médicos familiares para coberturas, escasez de medicamentos y recursos materiales insuficientes, equipo obsoleto e insuficiente; sobrecargas de trabajo, y aglomeración de pacientes en salas de espera, según reconocen IMSS y SNTSS en el folleto «Proceso de Mejora de Medicina Familiar».

Para colmo el IMSS reportó en su informe de junio de 2003 enviado al Ejecutivo y al Congreso de la Unión sobre la situación financiera y los riesgos una realidad que se hace evidente: Hace 25 años había 0.56 consultorios por cada mil derechohabientes usuarios, hoy son 0.43. En cuanto a camas, en 1978 había 2.3 camas por mil asegurados, hoy no alcanzan ni siquiera una: 0.93.

LOS GERENTES

Con base en los lineamientos del Banco Mundial –afirma el sindicalista Héctor García–, el enfoque que se pretende en el IMSS es «gerencial», es decir, que se administre desde una perspectiva de costo-beneficio que permita ahorrar dinero al máximo.

Aclara que desde esa lógica, la tendencia es desaparecer el segundo nivel de atención (los hospitales generales de zona), y promover que el tercer nivel (los Centros Médicos Nacionales y los hospitales regionales), sea autosuficiente a partir de la venta de sus servicios al capital privado.

«Ahora la atención de la salud se dará con base en la demanda de la población y ya no en la oferta de los servicios. De ese modo, el gobierno federal busca incentivar la competencia entre los servicios de salud con el argumento de elevar la calidad en la atención médica. Pero lo único que se logrará será encarecer los servicios sanitarios», acota.

LA REFORMA

A principios de 2003, en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó el nuevo Reglamento de Organización Interna del IMSS. En el capítulo segundo, correspondiente a los órganos de operación administrativa desconcentrada, se creó la figura de «Unidades Médicas de Alta Especialidad» (Umaes).

Entre las atribuciones del director de la Umaes, enumeradas en el artículo 151B de dicho reglamento, destacan dos apartados: El numeral IV y el XVI. El primero apunta: «Otorgar los permisos de uso de espacios disponibles en las áreas de las Umaes, conforme a los lineamientos expedidos por el Consejo Técnico y, en su caso, suscribirlos».

El numeral XVI –que agrega fuertes modificaciones a la estructura del IMSS, a decir de Héctor García–, señala que el director de la Umaes podrá «llevar a cabo los procedimientos de contratación que tengan por objeto la adquisición, arrendamiento y prestación de servicios, así como de obra pública y servicios relacionados con la misma, en los términos de la legislación, disposiciones reglamentarias y administrativas aplicables».

Más adelante el secretario de Calidad, Productividad y Modernización del SNTSS resalta que los cobros por los servicios de alta especialidad a las personas no aseguradas –como se estipula en el inciso b, numeral XII del artículo 151B del mismo reglamento–, se incrementarán todavía más sin importar el nivel socioeconómico del o la paciente.

EL VALOR DE SU ENFERMEDAD

Otro elemento de la reforma del IMSS que golpeará aún más a la salud de las mexicanas son los llamados Grupos Relacionados con el Diagnóstico (GRD). De reciente creación, los GRD son parámetros que ya se emplean en el instituto con el fin de cuantificar el costo de las enfermedades de las personas.

De esa manera, el IMSS calcula el costo efectivo de cada uno de los servicios que se le otorgan, por ejemplo, a una mujer con cáncer cérvicouterino. El fin es sencillo: ahorrar lo más que se pueda desde el primer nivel de atención, ya de por sí asfixiado.

El SNTSS prevé que con ese modelo que pondera el costo efectividad de los servicios, habrá una mayor degradación de la atención médica ante la incapacidad para satisfacer la enorme demanda de la población derechohabiente, y la insuficiente infraestructura.

2004/RM/GV/SM

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