La iniciativa de reforma a la Ley General de Salud que pretende imponer la diputada federal por el PAN, María Eugenia Galván Antillón, para prohibir la clonación humana incluso con fines terapéuticos, se basa en preceptos religiosos y morales disfrazados de carácter «científico».
El proyecto de reforma, que para organismos civiles y legisladoras de oposición, atenta contra los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, fue presentado el ocho de noviembre de 2001 por el diputado del conservador Partido Acción Nacional (PAN), Francisco Salvador López Brito.
Pero el lunes pasado la diputada del opositor Partido Revolucionario Institucional (PRI), María Elena Chapa, acusó a la presidenta de la comisión de Salud, la panista María Eugenia Galván Antillón, de pretender dictaminar la iniciativa para prohibir la clonación humana ignorando una propuesta opositora, que autoriza esa práctica con fines terapéuticos y de reproducción asistida.
El proyecto de reforma de López Brito pretende adicionar un articulo 100-bis y reformar el articulo 465 de la Ley General de Salud para prohibir la clonación de seres humanos, con base en factores «no tan sólo científicos y tecnológicos, sino culturales, éticos y morales de todos los mexicanos».
El legislador rechaza a la clonación humana por ser «una forma de reproducción asexual», es decir, en la que «no interviene la presencia de los dos gametos, el óvulo y el espermatozoide».
AMENAZADOS LOS DERECHOS FEMENINOS
Grupos civiles y legisladoras de oposición han alertado que de aprobarse ese proyecto de decreto, se cancelaría la posibilidad para que las mujeres que no pueden tener hijos recurran a la clonación con fines de reproducción asistida.
Con argumentos supuestamente jurídicos y científicos, la propuesta de Francisco López Brito –avalada por 11 diputados y diputadas panistas, entre ellas la propia Galván Antillón—asume el discurso ultraconservador y derechista de la Iglesia Católica, acerca de que desde la concepción ya hay un ser humano sujeto de derechos.
El artículo 100 bis define a la clonación humana como «la reproducción asexual a través de la introducción de material nuclear de una célula somática humana dentro de un ovocito fertilizado o sin fertilizar, cuyo núcleo haya sido removido o inactivado para producir un organismo vivo en cualquier etapa de su desarrollo».
Además de prohibir tajantemente toda forma de clonación humana, la iniciativa panista prevé en el artículo 465 de la Ley General de Salud penas de cárcel de hasta ocho años a personal médico, técnico o auxiliar en disciplinas para la salud que practique la clonación humana.
De aprobarse la iniciativa, se sancionará penalmente «a toda persona relacionada con la práctica médica que realice actos de investigación, manipulación o intervención clínica en seres humanos o células, tejidos o fluidos humanos» con fines de clonación.
En su exposición de motivos, el diputado panista Francisco López Brito afirma que en el análisis legislativo sobre la clonación humana las consideraciones religiosas y culturales «con criterios sociales o morales, no pueden ser obviadas, ni desestimadas, mucho menos denostadas».
«Es preciso preservar y defender la dignidad humana y los derechos humanos y el consiguiente valor de la vida, sobre todo en sus características de unicidad», argumenta el legislador para rechazar la clonación humana incluso con fines terapéuticos.
2003/RM/MEL
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