Inicio Reportaje – Mexicanas arriesgan sus vidas en clínicas “patito”

Reportaje – Mexicanas arriesgan sus vidas en clínicas “patito”

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Mujeres pobres y sin seguridad social se juegan su integridad y salud al atender sus partos en establecimientos privados de dudosa calidad.
 
Al no contar con seguridad social, carecer de recursos económicos o ante el temor de no ser atendidas adecuadamente en los servicios públicos de salud, las habitantes del DF y el Estado de México se ven obligadas a acudir a “clínicas privadas” –muchas de ellas sin regulación sanitaria– para dar seguimiento a su embarazo, atender su parto o realizarse una cesárea.
 
Según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, en 2012 el 50 por ciento de la población no tenía seguridad social, lo que abrió un mercado para clínicas particulares que ofrecen atención médica a mujeres embarazadas a precios accesibles, pero con ciertos riesgos.
 
Sin que haya información oficial sobre el número total de esas clínicas y hospitales, mediante recorridos y testimonios Cimacnoticias detectó que los costos de cesáreas, partos o paquetes que incluyen estos servicios y consultas médicas van desde los 4 mil 500 pesos hasta los 16 mil pesos.
 
Mediante anuncios en bardas, volantes o carteles, clínicas en municipios mexiquenses como Nezahualcóyotl, Los Reyes o Ixtapaluca, y en delegaciones del DF como Xochimilco y Tlalpan, ofertan paquetes de parto y cesárea hasta por menos de 5 mil pesos.
 
En muchos casos se trata de casas o pequeños espacios que fueron acondicionados como clínicas, por lo que es posible percibir que no cumplen con los requisitos mínimos de salubridad, equipamiento e instalaciones marcados por distintas Normas Oficiales Mexicanas en la materia, como la NOM-007-SSA2-1993 de atención de la mujeres durante el embarazo, parto o puerperio, o la NOM-178-SSA1-1998, que establece los requisitos mínimos de infraestructura y equipamiento de establecimientos para la atención médica de pacientes ambulatorios.
 
Por si esto fuera poco, se corre el riesgo de que no cuenten con el personal calificado, ni con las herramientas necesarias para enfrentar emergencias obstétricas. No obstante, representan una opción para mujeres pobres.
 
A propósito del próximo 10 de mayo y de cara a la conmemoración del Día Internacional de Acción por la Salud de las Mujeres, que se conmemora el día 28, Cimacnoticias profundizará en las próximas entregas sobre los riesgos que aún enfrentan las mujeres para ser madres y cómo exponen su salud en estas clínicas.
 
SUBREGISTRO
 
Álvaro Pérez Vega, comisionado de Operación Sanitaria de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) –instancia federal encargada del control y vigilancia de los establecimientos de salud–, señala que la solicitud de licencias sanitarias o permisos de funcionamiento, y por lo tanto la base de datos de las clínicas y consultorios privados que operan en México, corresponde a cada entidad federativa, por lo que no es posible conocer el número total de ellas.
 
Explica que el procedimiento para obtener una licencia o aviso de funcionamiento y una licencia sanitaria, especialmente de aquellos lugares que ofertan servicios quirúrgicos, inicia cuando los propietarios o responsables acuden a solicitarla. Es decir, existe la posibilidad de que existan espacios no regulados y que no formen parte de los listados oficiales.  
 
El comisionado sostiene que la Cofepris tiene diversas formas de supervisar y regular estos establecimientos. Además de las visitas periódicas que hacen a las clínicas registradas también se detectan por medio de denuncias. La Comisión las clausura o frena el servicio y en su caso finca responsabilidades administrativas.
 
Sin embargo, la falta de regulación de todas las clínicas privadas constituye un grave riesgo para las mujeres que deciden o se ven obligadas a acudir a ellas, y puede contribuir a incrementar las cifras de muerte materna (MM).
 
La Organización Mundial de la Salud señala que entre las principales complicaciones, causantes de 80 por ciento de las muertes maternas, están las hemorragias graves e infecciones ocurridas tras el parto debido a una deficiente atención médica.  
 
De acuerdo con la Dirección de Epidemiología de la Secretaría de Salud (Ss), el 21.5 por ciento de las MM registradas en 2012 ocurrieron por hemorragia postparto, y para 2011 la tercera causa de muerte fue la sepsis (infecciones).
 
La Ss también informa que en 2012 la Razón de Muerte Materna (RMM) del DF fue de 40.1 defunciones por cada 100 mil niños nacidos vivos, mientras que en el Edomex la RMM fue de 42.7.  
 
TESTIMONIOS
 
“Rosa” tuvo su primer embarazo a los 21 años. Ella no trabajaba, pero con el sueldo de su pareja y la ayuda de su familia pudo darle seguimiento a su embarazo en una clínica particular en el municipio mexiquense de Los Reyes.
 
Ella acudió a una casa acondicionada como clínica donde había una sala de partos, pero no un quirófano. Por cada consulta pagaba 150 pesos, además debía costear de forma separada y en laboratorios privados los ultrasonidos. Su doctor no le pidió que se realizara la prueba de VIH.  
 
Por el parto le cobrarían 9 mil pesos. Para “Rosa” y su pareja no era una cantidad fácilmente desembolsable, pero la carencia de Seguro Social y el temor que le generaba asistir a las clínicas del Seguro Popular (al que se afilió por recomendación de su familia), la obligaron a “ahorrar durante los nueve meses para pagar el parto”.
 
El día del parto las contracciones empezaron cerca de las 10 de la noche; una hora después se trasladó a la clínica elegida. Al llegar se encontró con la sorpresa de que el médico estaba de vacaciones y no había quien se encargara del parto. En el lugar le dijeron que “llamarían a alguien para que la atendiera”.
 
Asustada por la inexperiencia, “Rosa” siguió las indicaciones de la enfermera, quien le vendó los pies y le pidió que respirara. Más de dos horas después llegó un médico que “no le inspiró confianza”, pues le aseguró (sin hacerle un ultrasonido) que su bebé ya tenía sufrimiento fetal y debían buscar otra clínica que sí contara con quirófano para intervenirla de urgencia.
 
“Afortunadamente mi esposo decidió que no iríamos a un lugar que nunca habíamos visto y me llevó a la clínica más cercana del Seguro Popular”, contó la joven.
 
Rosa fue admitida en urgencias y su familia tuvo que esperar en la calle por información. Transcurrió más de día y medio para que su esposo fuera informado del nacimiento.
  
 
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