El pasado miércoles 6 de febrero en Madrid se reunieron en la sede de la Confederación General del Trabajo (CGT) las y los trabajadoras del sector limpieza de Edificios y Locales, los integrantes del Comité de Huelga y personal de otros sectores laborales, para tratar sobre los resultados de la huelga del pasado 17 de diciembre, que se prolongó durante 22 días, así como otras problemáticas del sector.
La pasada huelga, convocada en diciembre por los sindicatos UGT, CGT, USO, CNT y USO, fue secundada por más de mil 500 personas del Servicio de Limpieza de Metro, reivindicando derechos como la equiparación de sueldos, estabilidad laboral y el fin de contratos temporales, y que se respetase lo estipulado en el Convenio de Servicio de Limpieza de Edificios y Locales.
En la reunión estuvo presente Sandra Alcalde, de origen peruano, miembro del Comité de Huelga y trabajadora de la Empresa Ferroser, subcontrata de Metro Madrid. Declaró a AmecoPress que «hace más de dos años en Ferroser no había Comité de Empresa, somos como 210 trabajadores, de los cuales un 80 por ciento son inmigrantes y casi el 100 por ciento son mujeres, pero por las últimas dos huelgas que hicimos han despedido a casi la mitad de la plantilla laboral».
También se están contratando mujeres de etnia gitana, que muchas veces no se identifican con los españoles, y muchas veces justifican su nivel de educación para aceptar la injusticia y la represión laboral, por lo que, dijo Alcalde, se identifican más con las extranjeras, que tienen que aceptar cobrar sólo por 4 horas, cuando en realidad están trabajando más horas, cobrando en negro, porque tienen familia y no quieren ser despedidas. No aceptamos que existan trabajadores de primera, segunda y tercera clase, luchamos por la igualdad de los derechos laborales».
Sandra Alcalde indicó que la temporalidad en este sector es alarmante, cada tres o seis meses echan aproximadamente a 50 personas, y contratan luego a otro personal, para hacer el mismo trabajo.
«Nosotros reivindicamos los derechos de nuestros compañeros y compañeras, si no hay trabajo no hay trabajo para nadie, no podemos aceptar que despidan sin más a personas que realmente necesitan trabajar, sólo por políticas de empresa», agregó.
Comentó que «ante los diferentes problemas que hemos estado padeciendo, como la carencia de equipo de trabajo, uniforme adecuado, ya que muchos trabajamos de noche y de madrugada, hemos estado en un vestidor muy pequeño como 80 mujeres, sufriendo hacinamiento, todo esto primero lo hemos dialogado con la empresa, pero sentimos que se han burlado de nosotros, finalmente se convocó la huelga, y seguiremos luchando por un trabajo digno».
Así mismo Sandra señaló a AmecoPress que ha sufrido acoso laboral: «Despidieron a mi padre porque soy presidenta del Comité de Empresa, también despidieron a mi prima y le quitaron la categoría de conductor a mi madre, porque en este sector tenemos categorías estipuladas en el Convenio. Pero por mi parte no hay marcha atrás, continuaré luchando, creo que si dimito es peor, sentiría que por todo lo que he sufrido y luchado durante todo un año no ha valido la pena».
Rosa Bote, trabajadora en el sector de limpieza para la subcontrata Pilsa, empresa que tiene como cliente al Grupo Prisa, manifestó que la plantilla laboral tiene casi los mismos problemas que Metro Madrid, pero en una situación mucho más precaria, desde el punto de vista de la inestabilidad laboral no se cumple el Convenio, al no existir muchas veces Comité de Empresa, porque al trabajar para diferentes empresas privadas, en distintos edificios y locales, no existe una verdadera unidad de trabajadores, como lo puede existir en el Servicio de Limpieza de Metro Madrid o Barajas, que son siempre los que han luchado más por el sector.
«Estamos disgregados en este tipo de servicio, yo he intentado formar un Comité de Empresa, pero no lo logré porque faltó unidad entre las propias trabajadoras. He sufrido mobbing (acoso laboral), estuve de baja por depresión, pero aún continúo luchando dentro de mis posibilidades por reivindicar mis derechos laborales y claro que apoyo a mis compañeras de Metro Madrid, pero en mi área no hay una verdadera lucha, porque somos muchas, pero la mayoría ni siquiera se enteran que hay huelga», informó.
Rosa Bote confirmó que la mayoría de la plantilla son mujeres, sobre todo extranjeras y muchas de ellas tienen que aceptar el pago de horas en negro y horas extras que muchas veces no se pagan.
En su opinión, existe «una completa represión. Muchas veces las trabajadoras más antiguas somos las que aconsejamos que lo denuncien o que luchen por sus derechos según el Convenio, pero lamentablemente por razones personales las mujeres inmigrantes aceptan estas injusticias, y la empresa cada vez más se libera de las trabajadoras antiguas, por eso ya somos muy pocas, y las nuevas trabajadoras nacionales se encuentran en la misma situación de precariedad».
Las trabajadoras, tanto nacionales o extranjeras, sufrimos la represión en cuanto queremos hacer valer nuestros derechos, pero también a muchas mujeres inmigrantes a veces se les dice que no reclamen, a cambio se les promete traer a sus familiares con un contrato de trabajo, entonces, retroceden en su intención de hacer cumplir el Convenio de este sector. Opino que este sector está en crisis, y que tenemos que unirnos nacionales y extranjeros para lograr un trabajo digno, sentenció Rosa Bote.
08/BR/GG/CV
