Cuando las mujeres tomamos decisiones no lo hacemos a lo loco, pensamos muy bien las consecuencias, sostiene la secretaria general de la Sección 57 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Silvia Alamilla Fuentes.
A casi 10 días de haber iniciado un plantón en la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (SEGEY), como única alternativa para que sus demandas sean escuchadas, después de que el gobierno se ha negado al dialogo, Alamilla Fuentes apunta que no tiene miedo de los cargos que el gobierno ha interpuesto en su contra.
Y, es que las autoridades gubernamentales han demandado a la dirigente sindical allanamiento de morada, obstrucción a las vías públicas y secuestro -este último cargo por un velador que decidió quedarse adentro de las instalaciones por orden de las propias autoridades-, sostiene la dirigente.
Sin embargo, Alamilla Fuentes sostiene que la decisión fue bien pensada, sin apresuramientos, sabíamos lo que representaba, «afortunadamente cuento con el apoyo de las bases y con ello me refiero incluso a la sección 33 y su actual líder, todos y todas están aquí, protestamos por lo mismo, esta es una lucha por nuestros derechos laborales.
Entre las demandas del magisterio yucateco destacan la retabulación de todas y todos los profesores, así como dar marcha atrás a la rezonificación que el gobierno realizara recientemente y que a la mayoría le desfavorece.
Por otro lado, explicó que a pesar del plantón que iniciaron el 1 de mayo, ningún maestro o maestra ha descuidado sus labores en las aulas de clases, ya que según sus turnos escolares, se rotan para estar presentes en el plantón sin afectar al alumnado.
Ella insiste que no habrían llegado al bloqueo de las oficinas administrativas de no ser por la cerrazón del gobierno, su dirigencia ha insistido en el dialogo desde el mes de enero y a la fecha siguen sin recibir respuesta.
El gobierno cree que porque la mayoría somos mujeres nos van a amedrentar y que nos vamos a dar por vencidas pero estamos dispuestas a llegar hasta las últimas consecuencias, concluyó.
2005/SCH/SJ