Más de 800 feministas de 20 países latinoamericanos se pronunciaron por una resistencia activa y con perspectiva de género contra la globalización neoliberal.
Al finalizar el IX Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe, las participantes también llamaron a una comprensión más profunda y articulada en contra del canje de la deuda externa de los países pobres de la región por áreas de naturaleza virgen o cultivable.
Cansadas pero satisfechas, las asistentes articularon nuevos lineamientos y estrategias en el feminismo regional, condenaron el bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba, la presencia y bombardeo de la marina de guerra norteamericana en Vieques, Puerto Rico; contra el terrorismo de Estado en Haití y contra el racismo en Brasil.
El IX Encuentro fue firme al denunciar la utilización del cuerpo de la mujer con fines publicitarios para la guerra en Colombia, y a los gobiernos cómplices de los intereses de guerra de Estados Unidos.
También hubo fuertes críticas al racismo, el sexismo y la utilización de las mujeres como sujetas de las industrias de salud, como las de cirugía cosmética y los seguros médicos.
La sesión plenaria final inició con una lectura de poemas leídos por sus propias autoras, de 10 países diferentes, entre ellos Nicaragua, El Salvador, Guatemala, Honduras y Haití.
Luego se seleccionó entre vítores y gritos de «bravas» la comisión organizadora del próximo encuentro, pautado para el 2005. Brasil se hizo cargo de la coordinación, con el apoyo de Uruguay, Paraguay y Argentina. Es decir el cono sur será la sede del X Encuentro Feminista de Latinoamérica y el Caribe.
Se agradeció con aplausos cariñosos los trabajos tenaces y constantes de las 12 mujeres que integraron la Comisión Organizadora de Costa Rica, que organizó el evento regional feminista a un costo de más de 300 mil dólares.
Las participantes comenzaban a marcharse bronceadas y acaloradas, llenas sus maletas de libros y artículos producidos por artesanas, artistas, escritoras y trabajadoras de todas las disciplinas.
Sus mentes y espíritus quedan imbuidos por una nueva fortaleza ganada con base en debates profundos y relaciones continentales de amistad y solidaridad feministas. Son textos escritos en papel y en el corazón sobre el desarrollo de las luchas de las mujeres de nuestros países.
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