Inicio Responde Carmen Argibay a críticas de la Iglesia y Provida

Responde Carmen Argibay a críticas de la Iglesia y Provida

Por la Redacción

«Decir de frente lo que uno es o piensa revela honestidad, que es el primer paso para la ecuanimidad», replicó la prestigiosa penalista argentina Carmen Argibay, candidata a integrar la Corte Suprema de Justicia de su país, a quienes la cuestionan por haberse declarado de izquierda y atea militante.

«La justicia argentina es una enferma convaleciente. En la medida en que cambie la Corte, la justicia va a contar con la independencia necesaria», dijo Argibay a IPS desde La Haya, donde ejerce el cargo de jueza ad litem del Tribunal Penal Internacional para la ex Yugoslavia.

La postulación de Argibay siguió al ya designado Eugenio Raúl Zaffaroni como segundo paso del gobierno argentino de Néstor Kirchner para renovar el máximo tribunal, sumamente desprestigiado por su actuación en los años 90.

Varios de sus miembros, señalados entre otras cosas por desarrollar una tarea afín al gobierno de Carlos Menem (1989-1999), fueron sometidos a juicio político por corrupción o han preferido renunciar a su cargo para no enfrentar esa instancia ante el Senado.

Argibay se convierte así en la primera mujer postulada por un gobierno democrático a integrar la Corte. El proceso de su nombramiento, que el Poder Ejecutivo puso en práctica el miércoles 14, incluye el mecanismo de publicar sus antecedentes y habilitar un plazo de 15 días para que ciudadanos u organizaciones efectúen adhesiones o impugnaciones.

Luego, Kirchner deberá decidir si eleva todos los antecedentes al Senado. En caso de cumplirse los plazos, la Cámara Alta considerará el nombramiento a partir del 25 de febrero.

La candidatura de esta magistrada ya ha recibido fuertes respaldos, sobre todo de organizaciones defensoras de los derechos humanos y de abogados. Pero portavoces de la Iglesia Católica y de la organización Pro Vida (contraria a las normas de salud reproductiva y a la legalización del aborto) presentaron objeciones.

El presidente de Pro Vida, Roberto Castellano, cuestionó que Argibay fuera soltera, sin hijos y que no pensara en formar una familia. Todo ello no la hace representativa de la mujer argentina, apuntó.

«La filosofía de Argibay no es representativa de la mayoría de las mujeres, que no son abortistas ni están contra Dios», agregó el activista en declaraciones al diario argentino Página/12.

«Creo que decir de frente lo que uno es o piensa revela honestidad, que es el primer paso para la ecuanimidad. Mis creencias (o su falta) no deben interferir en las decisiones judiciales que tome», señaló la jueza a IPS, en entrevista por correo electrónico.

Argibay ingresó al Poder Judicial en 1959 y trabajó allí hasta el comienzo de la última dictadura militar (1976-1983). El régimen la mantuvo detenida durante nueve meses, sin causa. Tras recuperar la libertad se refugió en el ejercicio privado de la abogacía.

En 1983 volvió a la actividad pública. Fundó la Asociación de Mujeres Juezas de Argentina y fue presidenta de la Asociación Internacional de Mujeres Juezas.

Desde 2001 integra el tribunal internacional que investiga en La Haya los crímenes cometidos en las guerras de secesión de los años 90 en la ex Yugoslavia.

04/IPS/GMT/

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