En una inédita decisión, la iglesia católica «invitó» al fundador de los Legionarios de Cristo, acusado durante muchos años de abuso sexual a menores, el padre Marcial Maciel Degollado, a renunciar a un proceso canónico y a llevar una vida reservada de oración y de penitencia, alejado de todo ministerio público.
En un histórico comunicado, el Vaticano detalla que desde 1998, «la Congregación para la Doctrina de la Fe recibió acusaciones contra el padre Marcial Maciel Degollado, fundador de la congregación de los Legionarios de Cristo, por delitos reservados a la competencia exclusiva del dicasterio».
El documento precisa que en 2001 el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger, autorizó la investigación de las acusaciones y todos estos elementos fueron objeto de un examen maduro.
Y ahora bajo la guía del nuevo prefecto, el cardenal William Joseph Levada, se decidió el retiro de Maciel teniendo en cuenta tanto su edad avanzada como su delicado estado de salud, aunque «independientemente de la persona del fundador, se reconoce con gratitud el benemérito apostolado de los Legionarios de Cristo y de la Asociación ‘Regnum Christi»‘, enfatiza.
En octubre de 2002, la organización internacional Católicas por el Derecho a Decidir, CDD (Catholics for a Free Choice) denunció ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) los abusos sexuales a menores cometidos por parte de sacerdotes en el mundo, incluyendo México.
Ante el Comité por los Derechos de la Infancia en Ginebra, Suiza, el catedrático del Instituto Tecnológico Autónomo de México, José Barba Martín fue uno de los nueve adultos que informó al Vaticano sobre el abuso sexual que el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel, cometió contra ellos cuando eran estudiantes en colegios de la orden.
Se documentó que nueve mexicanos fueron agredidos por el padre Maciel entre las décadas de los 40 y los 60 y el caso fue denunciado directamente al Vaticano entre 1978 y 1989 pero en lugar de ser castigado, el sacerdote fue reconocido por la Santa Sede por «su trabajo con la juventud.»
La jerarquía católica defendió en varias ocasiones al prelado y en México aunque en abril de 2002 el cardenal Norberto Rivera Carrera reconoció que algunos sacerdotes habían abusado sexualmente de niñas y niños, no aclaró cómo es que la iglesia habría apoyado a las víctimas o castigado a los agresores.
El panorama no es mucho más alentador en los otros cinco mil casos que entre 1995 y el 2002 documentó la prensa alrededor del mundo sobre abuso sexual, por lo que Católicas por el Derecho a Decidir, avalada por 30 redes nacionales de organizaciones no gubernamentales de 23 países –incluyendo a la Red por los Derechos de la Infancia en México, ha hecho un llamado al Vaticano a pedir perdón a las víctimas por el abuso y el encubrimiento de los casos.
Asimismo conmina a la iglesia católica a cooperar con las autoridades locales civiles para investigar, castigar y dar seguimiento a las denuncias de agresiones sexuales por integrantes del clero; derogar las nuevas cláusulas que dentro de la iglesia permiten la secrecía sobre estos crímenes y castigar a los responsables con todo el peso de la ley civil.
06/LR
