Inicio Revive polémica consagración de una sacerdotisa Ifá

Revive polémica consagración de una sacerdotisa Ifá

Por Elsie Carbó

Con la consagración de Nidia Águila de León, como sacerdotisa de Ifá, ha puesto sobre el tapete la remota polémica en torno a sí las mujeres pueden aspirar o no a esta condición, sin ser repudiadas y hasta señaladas como profanadoras de los mandamientos religiosos, polémica que tampoco es ajena a otras religiones, incluida la Católica.

Nidia Águila de León es cubana y ha sido consagrada como sacerdotisa de Ifá en la religión Yoruba, o sea, Iyaonifá, esta condición la homologa al mismo rango de aquellos hombres que han recibido la investidura de babalawos o sacerdotes de Ifá, la más alta jerarquía de la santería cubana.

En la religión yoruba, de origen africano, y muy difundida en la isla, le están vedados varios espacios y prácticas a las mujeres por el sólo hecho de su condición biológica.

Aunque ellas asumen determinadas funciones dentro del culto, predomina la jerarquía del hombre. Por ejemplo, en Ifá, los babalawos (máximo sacerdote de la religión Yoruba o padre del saber y de la adivinación) sólo pueden ser hombres. Las mujeres pueden llegar a ser hasta Apeterbí de Ifá, es decir, la madrina, la que sirve, prepara y ayuda al babalawo.

Quizá, Nidia Águila de León, nunca imaginó la repercusión que su audacia suscitaría en muchas juntas de babalawos y entre líderes religiosos dentro y fuera de la isla.

Ella está convencida de que sus actos no ofende a nadie y asegura que continuará fiel a aquellas remotas tradiciones que los seguidores de los lukumíes trajeron a esta parte del mundo, pese a los inconvenientes y reprobaciones que casi seguro deberá encarar por haber protagonizado un hecho que contraviene los preceptos de su religión ante la mirada de los que han visto, durante siglos, oficiar como líder sólo al hombre.

Sabe que está en el centro de un conflicto que ha puesto en pie de guerra a dos ramas de la santería cubana, la Sociedad Cultural Yoruba, en La Habana Vieja y el Templo Ifá Iranlówo de Los Sitios, al que pertenece.

Pero confía en que ambas entidades tienen el derecho a discrepar, a decir lo que piensan y a llegar, por medio de análisis y reflexiones, al camino más sensato en la búsqueda de lo justo y más honrado para la religión que profesa desde hace 24 años.

Hace trece años que me hice Yemayá -cuenta Nidia ante dos de los cuatro hijos de su matrimonio-. Ella y su esposo Víctor viven bajo un mismo techo, unidos no sólo por los lazos cotidianos del amor, sino también por el trabajo religioso.

Esa situación implica una modificación del pensamiento, porque lo que se consideraba imposible hasta hace poco, que una mujer llegara a sacerdotisa, hoy se ha revelado como un irreversible acontecimiento. Ese paso sitúa a Víctor en una posición insólita, al trabajar con una Iyaonifá en su propia casa.

2005/EC/SJ

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