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Rigoberta Menchú quiere ser presidenta de Guatemala

Por Ma. Guadalupe Gómez Q.

Rigoberta Menchú Tum, premio Nobel de la Paz en 1992 y promotora de los derechos de los pueblos indígenas, está decidida a ser candidata a la presidencia de Guatemala, por lo que está en pláticas con las dirigencias de la Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG) y de Encuentro por Guatemala (EG), para decidir bajo qué fórmula participará en los comicios de septiembre próximo, informaron diarios locales y agencia internacionales.

De postularse a la presidencia, Menchú se convertiría en la segunda candidata indígena en América Latina, luego de que el boliviano Evo Morales contendiera y ganara la presidencia de su país el año pasado.

Tanto la URNG, a través de su secretario general, Héctor Nuila, como EG han manifestado su interés por llevar a Menchú como candidata. Al respecto la diputada izquierdista y activista de derechos humanos, Nineth Montenegro, líder y fundadora del EG, informó que el anuncio de la candidatura de Menchú podría darse mañana.

La defensora de los derechos de los pueblos indígenas, actualmente Embajadora de los Acuerdos de Paz, contendería para ocupar la presidencia en el período 2008-2012. En la misma jornada electoral se elegirá también vicepresidente, diputados al Congreso y al Parlamento Centroamericano y puestos municipales.

Menchú, por su parte, había dicho en medios internacionales que su eventual candidatura no significa una iniciativa personal, pues ella forma parte de un movimiento indígena nacional con él que tiene compromiso. Antes de registrarse como candidata, lo que ocurriría en mayo próximo, dialogará con los representantes populares.

«Quiero la libertad para los pueblos indígenas, quiero la plena participación, quiero las cuotas de participación en el Congreso y en todas las esferas, dijo a la agencia EFE.

La diferencia de su candidatura, dijo Menchú, es que «no voy como Rigoberta Menchú sino como un movimiento indígena, una alianza de liderazgo indígena que hemos podido avanzar en un movimiento de hecho.

Y agregó, no tenemos ficha, no somos partido, pero es un movimiento indígena muy importante, al que yo veo con mucho entusiasmo y yo estoy metida en la política con más ganas porque no voy sola.

GUATEMALA INDÍGENA

Las posibilidades de que Rigoberto Menchú contienda y gane las elecciones presidenciales son muchas, no sólo por el prestigio internacional que se ha ganado como promotora y defensora de los derechos de los pueblos indígenas de América Latina, que la llevó a obtener el Nobel de la Paz, sino porque Guatemala es un país con una población mayoritariamente indígena, calculada entre más de la mitad de los 12 millones de personas que habitan el país.

Además, en esta nación multiétnica y pluricultural, donde 22 grupos indígenas hablan 20 diferentes lenguas indígenas, además del castellano, las mujeres representan una proporción importante.

Ese factor, más las condiciones de pobreza en que vive el 56 por ciento de guatemaltecos, 15.7 por ciento de los cuales viven en pobreza extrema, la cotidiana discriminación y el racismo que sufren las y los indígenas, así como la escasa representación que éstos tienen en los puestos de poder político, pueden convertir la candidatura de Menchú en un fenómeno parecido al de Evo Morales.

La población maya representa más del doble de la población en pobreza extrema que el resto de guatemaltecos en esta categoría, pero su representación en el Congreso apenas sobrepasa la decena. Igualmente ocurre en el gabinete, donde no es frecuente la representación indígena.

Otro factor que apoyaría el triunfo de Menchú es ser mujer. En el movimiento feminista en el país está vinculado con las organizaciones de izquierda, surgidas algunas de la guerrilla, como en el caso del Encuentro por Guatemala o la URNG.

Las guatemaltecas, sobre todo las indígenas, ven en la figura de Rigoberta la posibilidad de una mejora en sus condiciones de inequidad, pues este país presenta una de las mayores brechas de género del continente. Baste un ejemplo: entre la población indígena de Guatemala, los varones tiene tres veces más educación que las mujeres, revela la organización Pupulation Council.

De ello están conciente EG, cuya fundadora, Nineth Montenegro, legisladora por esa agrupación, es también promotora de iniciativas a favor de los derechos de las mujeres. Como presidenta de la Comisión de la Mujer de la V Legislatura, ha participado y promovido varias iniciativas sobre violencia contra las mujeres, derechos reproductivos, derechos de la infancia, derechos humanos, etcétera.

Por su parte, en días pasados, la URNG abrió la posibilidad de lanzar la candidatura de Menchú a través de un Movimiento Amplio de Izquierda (Maíz), que agrupa a organizaciones de izquierda e indígenas.

LOS COMICIOS

Paralelamente, dirigentes de diversas organizaciones indígenas dieron a conocer que las elecciones de septiembre próximo estarán vigiladas por una misión, integrada por miembros de ocho organizaciones indígenas, como la Comisión Nacional de Viudas de Guatemala, la Asociación Política de Mujeres Mayas, Naleb y la Asociación de Abogados Mayas de Guatemala, académicos, profesores universitarios y cooperativistas

El objetivo de la observación es verificar la participación indígena en los partidos políticos y comités cívicos, analizar los mensajes y la publicidad de la campaña electoral para identificar el manejo de sus contenidos.

RIGOBERTA

Rigoberta Menchú Tum nació en Aldea Chimel, municipio de Uspantán, Departamento del Quiché, Guatemala, el 9 de enero de 1959, hija de Juana Tum Kótoja? y Vicente Menchú Pérez.

Nacer en una comunidad indígena y ser jornalera no benefició la educación formal de Rigoberta, que aprendió de manera autodidacta.

A los 10 años participó como catequista en su comunidad; este primer encuentro con la sociedad le dio herramientas para que a los 19 años iniciara su militancia en el Comité de Unidad Campesina (CUC), mientras el ejército nacional llevaba a cabo su campaña de tierra arrasada contra la población sospechosa de pertenecer a la oposición armada.

Una noche, su familia fue víctima de los atropellos del ejército: Rigoberta atestiguó cómo su hermano fue sacado a la fuerza por los soldados y desde entonces no sabe su paradero; su madre y su padre también murieron torturados.

Ante la inseguridad, Rigoberta tuvo que salir de Guatemala y se trasladó a México; la acogió el estado de Chiapas, a resguardo de uno de los luchadores por los derechos indígenas: el obispo Samuel Ruiz. Para entonces Rigoberta apenas tenía 21 años, pero ya poseía la claridad para luchar por la paz de su país.

Al año siguiente Rigoberta volvió a Guatemala, pero muy pronto tuvo que refugiarse en Nicaragua y luego otra vez en México, desde comenzó una serie de viajes cuyo epicentro fue Ginebra, donde participó en el grupo de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas sobre poblaciones indígenas.

En 1988 regresó otra vez a su país; fue encarcelada inmediatamente y se vio obligada a partir de nuevo al exilio.

Así, participó en la organización de los encuentros indígenas previos a la conmemoración del quinto centenario de la llegada de los colonizadores españoles a América.

En estos años, Rigoberta cambió poco a poco la visión de liberar a su país por la vía armada y fundó entonces el colectivo Cristianos Revolucionarios. Explicó Menchú: «nosotros entendemos el verdadero significado del término ?revolucionario?, que quiere decir transformación. Si hubiera escogido la lucha armada, estaría en las montañas en este momento».

Además, reiteró en más de una ocasión «Quienquiera que cometa actos de violencia pierde su humanidad. Así, la violencia engendra violencia y el odio engendra odio. ¿Cómo se puede romper ese círculo, cuando uno se enfrenta a la violencia del otro?».

Este pensamiento, y actuar en congruencia, la hicieron ganadora del premio Nobel de la Paz en 1992, lo que la impulsó a continuar su trabajo en favor de los derechos humanos.

Rigoberta Menchú fue presidenta de la Fundación Vicente Menchú Tum del 28 de mayo de 1993 (aniversario de la masacre de Panzós, ocurrida en 1978) a enero de 1995, año en el que cambió el nombre de la organización, de la cual es presidenta vitalicia, por el de Rigoberta Menchú Tum.

Ahora, está decidida a llegar al máximo puesto de poder Guatemala, como representante de una porción muy importante de organizaciones de izquierda, campesinas e indígenas.

07/GG/CV

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