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Rinden homenaje a Esther Chávez en sede de la ONU

Por Hypatia Velasco Ramírez

A primera vista Esther Chávez es pequeña y delgada, pero cuando uno habla con ella se da cuenta de su fuerza, su grandeza y su templanza. Es fácil percatarse de su indignación por el feminicidio en Ciudad Juárez, parece que en cada mujer asesinada ella ha perdido una hija.

Su voz, es la voz de los que claman justicia, de las familias que desde 1993 han dedicado sus días a buscar a los culpables de los atroces crímenes. Es por ello que el cáncer no la ha derribado, no ha podido con ella, porque el coraje y la lucha que comenzó hace 15 años le da vida cada día.

Hoy, en emotivo homenaje en la ciudad de México, Esther Chávez Cano recibió de Edgar Cortés, secretario ejecutivo de la Red Todos los Derechos para Todas y Todos, y a nombre de diversas ONG defensoras de los derechos humanos, un reconocimiento por su labor a favor de la vida y la seguridad de las mujeres en Ciudad Juárez, Chihuahua.

María Consuelo Mejía, directora de Católicas por el Derecho a Decidir, recordó que Chávez Cano fue la primera en denunciar contundentemente los primeros casos de feminicidio en Ciudad Juárez, «lo que le permitió convertirse en un referente obligado a nivel local, nacional e internacional».

Esther Chávez, dijo María Consuelo Mejía, ha afirmado desde 1992 que la sociedad no puede perder su capacidad de asombro e indignación ante el dolor que genera el maltrato, la desaparición y los asesinatos para mujeres.

El homenaje se realizó en la sede de Naciones Unidas en la Ciudad de México, con la presencia de la feminista y ex diputada Marcela Lagarde; Paul Hoeffel, director del Centro de las Naciones Unidas México; Ricardo Bucio de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal; Fabián Sánchez, director de la Comisión Mexicana de Defensa y Promoción de los Derechos Humanos y Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC)

¿QUIÉN ES ESTHER CHÁVEZ?

La trayectoria de Esther Chávez es larga. A los 14 años, dejó Ciudad Juárez, su tierra natal, para mudarse junto con su hermana Martha a Guadalajara y dedicarse ahí a cuidar a su madre, quien las abandonaría más tarde, contó Teresa Ulloa, directora regional de la Coalición Regional contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y El Caribe.

Comenta Ulloa que cuando decidió regresar a Juárez en 1982, dejando atrás su vida cómoda y tranquila, comenzó a levantar la voz para denunciar la situación de las mujeres en las maquilas, luego estudió teoría de género y se asumió como feminista. En 1993 inició la documentación, uno a uno, de los asesinatos de las mujeres en este estado.

Fue Esther Chávez quien logró la primera recomendación emitida por el comité de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (Cedaw), con sede en Nueva York, que iba específicamente dirigida al feminicidio de Ciudad Juárez.

Además fue ella también quien inspiró la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia y la investigación nacional sobre feminicidio, iniciativa encabezada por Marcela Lagarde en la LIX Legislatura, subrayó Ulloa.

«Tal vez hoy Esther esté librando la última batalla, el cáncer, por eso hoy estamos aquí para decirte Esther que te reconocemos profundamente desde el fondo de nuestro corazón».

SU VOZ

Si es que hay que conocer, y reconocer, la trayectoria de esta gran mujer, mejor hacerlo desde su propia voz.

Esther Chávez recuerda el momento en qué se asumió feminista. Fue en 1982, cuando volvió a Ciudad Juárez y dos acontecimientos cambiaron su vida: el inicio de su labor como editorialista e involucrarse en actividades político-partidistas.

Fue entonces, dice Chavéz Cano, cuando comprendió que Ciudad Juárez es una ciudad de mujeres.

«Mujeres en las maquilas, en el comercio, las universidades, los hogares, mujeres solas, mujeres a las que las empresas les exigen la prueba de no gravidez y hasta la toalla sanitaria, madres solteras que trabajan en la maquila y no se quieren casar porque los maridos las golpean y les quitan el dinero, en una palabra mujeres desprotegidas».

Para Esther Chávez, el feminicidio en Ciudad Juárez representa la terrible expresión de un problema más amplio: la violencia de género, donde miles de mujeres, niñas y niños sobreviven en condiciones extremas.

Y es que, «cuando se conoce la desgracia no puede una ya ser la misma. ¿Cómo podía permanecer impasible frente a una madre que, después de enfrentarse con el cráneo de su hija que le enseña con terrible brutalidad la policía, sufre una embolia?».

O, «frente a la jovencita que vino a Juárez desde el estado de México cargando con cuatro hijos y huyendo de un marido que la golpeaba brutalmente para trabajar en la maquila y acaba golpeada, violada y embarazada en los arrabales de la frontera».

Por ello, Esther Chávez Cano y otras mujeres fundaron en 1992 el «Grupo 8 de marzo». ¿Para qué?

A decir de ella misma, para luchar contra la iniciativa del Congreso que reformó la Constitución para endurecer la penalización contra las mujeres que se habían sometido a un aborto. Y, aunque perdieron esa batalla, lograron que el Código Penal no cambiara en cuanto a la no penalización de cuatro causales: violación, imprudencial o culposo, grave daño a la salud e inseminación artificial no consentida.

En 1993, el «Grupo 8 de marzo» dio por primera vez la alerta de la muerte de mujeres y jóvenes, iniciando la elaboración de la lista con los nombres de cada una de ellas. Ante la falta de avances en los casos, 14 organizaciones de la sociedad civil se reunieron para formar la Coordinadora de Organismos no Gubernamentales.

Fue así, recuerda Esther Chávez Cano, como lograron la apertura de la Agencia Especializada en Delitos Sexuales y la Fiscalía Especial para la investigación de crímenes contra las mujeres.

Para 1999 fundó Casa Amiga, un lugar donde se busca, dijo, «fomentar la integridad física, espiritual y emocional de las mujeres a través de una política de concientización, prevención, capacitación y apoyo a mujeres, hombres, niñas y niños y sus familias para que todos logren sus potencialidades humanas, promoviendo una sociedad libre de discriminación en el que mujeres y hombres tengan relaciones igualitarias, justas y respetuosas».

En 2006 se atendieron en Casa Amiga a 43 mil personas. En 2003 se abrió el primer refugio para salvaguardar la vida y la integridad de las mujeres en peligro extremo, el cual desde diciembre del año pasado es una organización independiente dirigida por Almendra Robles.

Asimismo, dijo Chávez Cano, en marzo de 2006 se construyó para Casa Amiga un edificio auspiciado por la Fundación del Empresariado Chihuahuense y con el cual «nuestros servicios aumentaron en un 60 por ciento con el mismo personal».

Para Chávez Cano fue necesario hacer el recuento de estas acciones, porque «así se visibiliza la necesidad y magnitud» de una tarea como la que ella lleva y la importancia de que rebase los límites de un individuo o un pequeño grupo de individuos, dijo.

UN RENACIMIENTO

En el evento Marcela Lagarde, feminista y ex diputada federal, dijo que «el encuentro con Esther ha implicado para tantas mujeres surgidas de no sabemos qué vidas lastimosas, la llegada de una vida libre de peligro, la experiencia del abrigo, el aprendizaje de otras formas de ser y relacionarse, el inicio de la cicatriz tras el daño, la pérdida del miedo, la rehechura de la vida, casi, diría yo, un renacimiento».

Conmovida Largarde expresó: «Que paradoja la nuestra, unos dañan sin la menor responsabilidad a las mujeres y son mujeres quienes se ocupan de remontar los estragos. Mujeres que frente a lo propio inventan mundos, pequeños territorios como Casa Amiga para acoger a quienes lo han perdido todo menos la vida».

Así, «Esther, cuidadora de sobrevivientes sin futuro, cuyo signo es un presente maltrecho, convoca a la solidaridad, consigue recursos, gestiona, recorres instituciones, acude a otros, pide ayuda, toca puertas y lucha.

«En ella la palabra lucha es breve no nos alcanza para decir las dimensiones de su quehacer cotidiano complejo, contradictorio, lleno de miserias y de algunas lluvias refrescantes».

Nuestra querida Esther, recalcó, «transita por el mundo más miserable, tal vez por el horror que le provoca, por la rabia y por la mas profunda de las tristezas cobra aliento e inventa ungüentos, alivia, sana y trastoca de a poquito nuestro mundo»

Y concluyó, «por Ernestina Ascensio Rosario y por la vida y la libertad de las mujeres, por nuestra querida Esther, gracias».

07/HVR/CV

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