A los cinco años de edad, Débora quería ser como Rambo pero en femenino, por eso a los 21 decidió enlistarse en las fuerzas armadas de Honduras.
Estudiante social de segundo año, y una de las 11 mil cadetes que participaron aquí en un Taller de prevención del VIH/Sida, recuerda que desde niña decidió ingresar a las fuerzas armadas de su país porque quería cargar pistola, andar en el monte con un rifle y la cara sucia, quería que la trataran como hombre con las mismas condiciones de desarrollo.
Si bien Débora había escuchado sobre el Sida no manejaba ni los conceptos adecuados ni el espacio donde disipar sus dudas. Inició su vida sexual a los 19 años, y por miedo al embarazo no deseado, tomó la decisión junto con su pareja de usar el condón.
Luego de tres días de participar en el Taller, Débora reflexiona en que uno no piensa en las infecciones de transmisión sexual, y la mayoría de las personas que enferman es porque no piensan en que en cualquier momento puede ocurrir.
Igual que Débora, para Ingrid, teniente auxiliar de fragata en sanidad, de la fuerza naval de Honduras, participar en el taller le ayudará a disfrutar mejor su sexualidad e irse preparando para hablar con su hijo de cuatro años sobre el tema.
A sus 27 años, y después de dos años de recibir distintos talleres sobre el tema para prevenir VIS/Sida, promover la salud sexual y reproductiva y la equidad de género, Ingrid esta convencida que le ha ayudado a adquirir más madurez y mayor libertad.
Uno cree que el sexo es malo, pero los talleres me han demostrado que el placer y la sexualidad es normal, es un derecho al que todas las personas tenemos. Derecho a tener una vida sexual plena con responsabilidad.
Si bien, al principio no le fue fácil hablar del tema del uso del condón con su pareja, los conocimientos le ayudaron a negociar y llegar a un acuerdo.
Para Hermenegildo, teniente de artillería del segundo batallón, en Pinalejo Santa Bárbara, los conocimientos adquiridos nos han ayudado para quienes manejamos tropa, porque los compartimos con ellos.
Ingresó a los 18 años al ejército, a sus 22 años es licenciado de Instrucción Militar y aunque había escuchado que el Sida era la enfermedad del siglo, no sabía que tan real era, pero al ver la estadística, ver el testimonio, ver a un paciente con Sida cambia la vida, dice.
Hay un montón de mitos y tabúes en torno a la sexualidad aquí en Honduras, señala, no es un tema prioritario si usted pregunta por un sexólogo, encontrará uno.
Inicio su vida sexual con su novia a los 15 años, fue para ambos su primera relación, con más miedo que otra cosa y creo que ninguno de los dos lo disfrutamos.
Si bien desde ese momento y hasta el día de hoy usa condón, reconoce que con la información adquirida su vida sexual es excelente, estos talleres nos permiten disfrutar más la vida sexual, nos ayudan a conocernos, explica.
Cuando mis amigos me dicen que así (con el condón) no se siente nada, les contesto que se siente mejor, porque uno dura más y así ellas también disfrutan más porque pueden tener sus orgasmos y ser más felices.
A sus dos hermanos, una mujer y un hombre, les ha compartido sus conocimientos y les ha enseñado como usar el condón de manera correcta, pues incluso algunos subalternos le han confiado que no saben usarlo.
Este joven de 22 años aconseja a todos los hombres usar el preservativo ya que la abstinencia es bien difícil, porque todos tenemos derechos a vivir una vida sexual.
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