Hoy, cuando se cumplen 83 años del asesinato de la máxima figura del socialismo internacional, ordenado por el ministro social-demócrata, Noske, Rosa Luxemburgo continúa siendo el modelo de vida deseado para las mujeres.
En épocas dominadas totalmente por los hombres, Rosa Luxemburgo desafió a una sociedad tradicionalista, no sólo se convirtió en líder del Movimiento Socialista Revolucionario polaco, sino que dentro de su afán por exigir coherencia entre los hechos y el discurso, contradijo a Lenin.
Rosa Luxemburgo propuso una visión revolucionaria del marxismo donde recalcó la necesidad de oír y mirar a las masas quienes, según la economista, actúan indistintamente de acuerdo a la época y situación. Mujer empoderada y fundadora del Partido Social-Demócrata, Rosa Luxemburgo fue considerada como el centro de la construcción ideológica y política del socialismo.
Su tenaz oposición contra la Primera Guerra Mundial le valió la cárcel, sin embargo, esto no constituyó obstáculo alguno para seguir difundiendo su pensamiento a través de libros que escribió estando en prisión.
Rosa Luxemburgo, además de su prominente carrera política, abrazó de diversas formas el movimiento feminista, lo mismo defendiendo el derecho de las mujeres alemanas al voto, la autonomía de éstas frente al aparato político represor de aquella época, que oponiéndose al antimilitarismo.
Asesinada el 15 de enero de 1919, y posteriormente arrojada a un río, la vida, obra y pensamiento de Rosa Luxemburgo constituye ahora un ejemplo de vida, ante una realidad donde los números reflejan que la discriminación política, social y económica han ocasionado la muerte de más de 60 millones de mujeres a nivel mundial. México, por supuesto, no escapa del panorama mundial.
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