La ex presidenta nacional del opositor Partido de la Revolución Democrática (PRD), Rosario Robles, fue víctima del patriarcado y las prácticas de los varones políticos que tienden a hostilizar en mayor medida a sus rivales mujeres, afirmaron hoy politólogas.
La filósofa política, Griselda Gutiérrez, explicó a Cimacnoticias que la renuncia de Robles a la dirección del PRD, realizada el pasado sábado, es un reflejo de la situación de hostigamiento que padecen las mujeres líderes por parte de los varones al interior de ese partido.
La especialista en participación política de las mujeres, Isabel Barranco, consideró que a Rosario Robles «la chamaquearon» y que fue orillada a renunciar por las «tribus» que integran el PRD para excluirla de la carrera presidencial rumbo al 2006.
Ambas especialistas coincidieron en la dificultad que tienen las mujeres al interior de los partidos políticos al asumir cargos de poder.
Gutiérrez señaló que con la dimisión de Robles Berlanga se evidenció la fragilidad de las lealtades entre los hombres y las mujeres políticas. «En el juego político y en la toma de acuerdos, las mujeres sufren más cuestionamientos y obstáculos» en el ejercicio del poder por parte de los varones.
La doctora en Filosofía por la UNAM apuntó, al igual que otros analistas, que el líder moral del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas y el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López Obrador, dejaron sola a la ex presidenta en momentos en los que fue duramente criticada tras los resultados electorales del pasado seis de julio.
«Las lealtades entre los hombres políticos se mantienen a pesar incluso de actos de traición entre ellos», aseguró la especialista. «En algún sentido las mujeres son desechables para los hombres» en la arena política, agregó.
Gutiérrez puso como ejemplo el caso de la política feminista María de los Angeles Moreno, quien «fue utilizada» por el ex presidente Carlos Salinas de Gortari y algunas corrientes del Partido Revolucionario Institucional cuando ella ocupó la presidencia nacional del tricolor.
«A pesar de que en esos años se le premió por su quehacer como mujer política, al final Moreno fue marginada», advirtió la también colaboradora del Programa Universitario de Estudios de Género de la UNAM.
Lamentó que a las mujeres políticas les sea más difícil tener alianzas sólidas entre ellas, y calificó como un golpe bajo que Rosario Robles haya afirmado que las malas cuentas en las arcas del PRD comenzaron en la gestión de su antecesora Amalia García.
Finalmente, la profesora de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, Isabel Barranco, afirmó que los varones perredistas excluyeron a Robles de la carrera presidencial del 2006, toda vez que «por su credibilidad es una figura presidenciable».
La investigadora acusó a las prácticas patriarcales adentro del PRD de haber dividido y enfrentado a las feministas Amalia García y Rosario Robles.
Barranco calificó la renuncia de Robles como una sabia decisión ante el estado de descomposición que padece el PRD y apuntó que debe buscar alianzas con la sociedad civil, la academia y el movimiento sindical «de donde ella proviene» para reposicionarse en la lucha por los derechos de la mujeres sin abandonar a su partido.
2003/RM/MEL
