La familia natural y el futuro de las naciones. Crecimiento, desarrollo y libertad, es el tema del III Congreso Mundial de la Familia, encuentro que podría contar entre sus invitados al presidente de Estados Unidos, George Bush, cuyo gobierno se ha distinguido por impulsar políticas conservadoras sobre el matrimonio, la familia y la sexualidad.
El congreso será inaugurado por el canciller Luis Ernesto Derbez y clausurado por el presidente Vicente Fox; teniendo entre sus metas, las de «influir en la legislación, en las políticas públicas y privadas, en los programas de gobierno, en los líderes de opinión y en la educación» para que favorezcan a la familia natural.
En noviembre de 2003 se dio el primer acercamiento del gobierno de México a estas políticas tradicionalistas. La directora del Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF), Ana Teresa Aranda, estuvo presente en el «Congreso Internacional sobre la Familia: La Familia Hoy, Derechos y Deberes», donde suscribió el «Pacto de México por la Familia».
En este documento reivindica a la familia como la célula fundamental de la sociedad pero aclara que se encuentra «su expresión más plena en el matrimonio».
Según el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en el año 2000 sólo 55 por ciento de los hogares estaban conformados exclusivamente por parejas con hijos. La situación económica y sociocultural influye para que a estos hogares se sumen parientes próximos (abuelos, tíos, hermanos) o personas que no tienen ninguna relación consanguínea (yernos y nueras); o bien, se modifiquen las condiciones familiares debido a divorcios, viudez o soltería de los integrantes de la familia.
Así, 9.2 por ciento de los hogares censados en 2000 estaban conformados sólo por el padre o la madre viviendo con los hijos. Mientras que, según el Consejo Nacional de Población (Conapo), en 2003 había casi 4 millones y medio de madres solas en México.
La variedad de tipos de familias se refleja también en la percepción de las y los mexicanos. De acuerdo con la más reciente Encuesta Mundial de Valores, 97 por ciento considera que la familia es lo más importante en su vida. Sin embargo, respecto a la estructura familiar se encontraron opiniones ambivalentes.
Por un lado, la mayoría de la población está de acuerdo en que una mujer tenga hijos sin tener una relación estable con un hombre. Pero 86 por ciento considera que para que un niño o niña pueda crecer feliz tiene que contar con ambos padres. Esta idea se ha mantenido a pesar de que cada vez son más los niños que crecen en hogares donde sólo está uno de los padres.
Frente a la defensa que sectores como la Iglesia católica hacen del modelo tradicional de familia, la especialista María de la Paz López, consultora del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem), dijo a NotieSe:
«Si por familia entendemos aquellos arreglos donde la pareja tiene una clara división de roles, habría que ver qué significa esa defensa, ya que la realidad mexicana muestra que las mujeres están traslapando cada vez más sus roles de madres y amas de casa con el trabajo extradoméstico remunerado.»
«Esto modifica las dinámicas familiares. El contar con ingresos propios les permite tener una posición distinta dentro de la familia» finalizó.
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