Inicio Sólo 5% de las trabajadoras domésticas tienen contrato laboral

Sólo 5% de las trabajadoras domésticas tienen contrato laboral

Por María de la Luz González

Menos del cinco por ciento de las trabajadoras domésticas del país labora bajo un contrato de trabajo, pero, incluso, en esos casos quedan fuera del convenio prestaciones como servicio médico, vacaciones y aguinaldo, reconoció Raquel Guadarrama, del Colectivo Atabal, que agrupa a empleadas del hogar.

En entrevista con Cimacnoticias explicó que a pesar de que la Ley Federal del Trabajo establece ciertas prestaciones a las trabajadoras del hogar, las disposiciones legales no se cumplen, además de que la situación salarial de estas trabajadoras es precaria.

Citó como ejemplo que la ley establece que el patrón debe pagar a la trabajadora doméstica su salario hasta por un mes en caso de enfermedad no laboral y brindarle asistencia médica mientras logra su curación, en caso de un padecimiento no crónico, las cuales no se cumplen.

Guadarrama añadió que los contratos que promueven el Colectivo Atabal y, otras organizaciones, contemplan aspectos básicos, como el salario que deben percibir las trabajadoras, la duración de la jornada laboral, las funciones que van a desempeñar y el lugar donde realizarán su trabajo.

Son las propias trabajadoras las que negocian los temas de gastos médicos, vacaciones y aguinaldo de manera verbal, pues si se establecen por escrito en el contrato, la empleada corre el riesgo de no obtener el trabajo y ante esa situación «todo queda a criterio del empleador».

En México, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) laboran en el hogar un millón 243 mil 998 personas.

Además, señala la fuente gubernamental una tercera parte de las trabajadoras que laboran en casas particulares son jefas de hogar, de las cuales, 96.6 por ciento son mujeres jóvenes, pues una quinta parte son menores de 20 años y el promedio de edad de este sector es de 33.7 años.

Del total de empleadas del hogar, 180 mil 973 residen en las viviendas donde trabajan, quince de cada cien son analfabetas, casi 75 por ciento no concluyó la secundaria y cuatro de cada cinco no tiene acceso a los servicios médicos otorgados por las instituciones del Sector Salud.

PRECARIA SITUACIÓN SALARIAL

La situación salarial de estas trabajadoras es una de las más precarias del país, pues aunque Atabal y otras organizaciones han logrado establecer un salario mensual de tres mil 500 pesos en promedio para las empleadas de planta y de 150 a 200, por jornada de ocho horas para las que trabajan de «entrada por salida», el porcentaje de las que reciben estos ingresos es mínimo.

De acuerdo con el INEGI, la mitad de los hogares de trabajadoras domésticas tiene como máximo un ingreso per capita de 600 pesos mensuales, por lo que el establecimiento de un salario mínimo para el sector es una de las principales demandas de las empleadas del hogar, quienes han propuesto que se fije en tres salarios mínimos al mes.

Al respecto, Guadarrama señaló que «nosotros no mandamos a nadie a trabajar con tarifas menores a las que ha fijado la organización, pero siempre sabemos de casos de empleadas que están recibiendo salarios mucho menores, por ejemplo de 50 a 80 pesos por jornadas de 12 horas o más, ya que la necesidad las obliga a aceptar esas condiciones».

Otro problema, precisó, es la duración de la jornada laboral para las empleadas de planta, que nosotros proponemos sea de 10 a 12 horas diarias, pero generalmente no se respeta», destacó la integrante del Colectivo Atabal.

La Ley Federal del Trabajo, que establece los derechos de los trabajadores domésticos en los artículos del 331 al 339, es muy ambigua al respecto, y sólo habla de «reposos suficientes para tomar sus alimentos y de descanso durante la noche, pero no señala periodos específicos», agrega.

Por si fuera poco, aún con el contrato de por medio los empleadores violan con frecuencia sus cláusulas, sobre todo en la duración de la jornada laboral y las funciones que deben desempeñar las trabajadoras, las cuales se resuelven por lo general mediante acuerdos y, en casos extremos, como el despido injustificado, llegan ante las autoridades laborales.

Las promesas de incluir los derechos de las empleadas del hogar de manera amplia y precisa en la legislación laboral quedaron sólo en eso, en promesas, dijo la entrevistada.

Raquel Guadarrama recuerda que la senadora del PRD, Leticia Burgos, se comprometió a impulsar una iniciativa para que tuvieran acceso a los servicios médicos del Instituto Mexicano del Seguro Social, mediante la compra de una tarjeta, compromiso que nunca se concretó.

Tampoco han recibido respuesta a la petición sobre el establecimiento de un salario mínimo, que se planteó al secretario del Trabajo, Carlos Abascal. Los logros alcanzados hasta ahora, como el contrato, son resultado de su propia lucha, puntualiza Raquel Guadarrama.

2005/LG/SJ

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