La importancia en cuanto al número de víctimas, su sucesión temporal a lo largo de más de una década, la gravedad intrínseca a cada uno de los crímenes y la complejidad de la investigación requerida, han puesto a prueba un sistema, de por sí insuficiente, que ha sido desbordado por el desafío criminal particularmente en Ciudad Juárez, Chihuahua, y que ha dado lugar a un colapso institucional que ha determinado la impunidad generalizada que se presenta en los años recientes con un crecimiento mayor en otras partes del país.
En el siglo XX se crea una conciencia crítica sobre la condición de las mujeres en el mundo, denunciamos la discriminación, la marginación, explotación y enajenación genéricas y enfrentamos las falsas creencias sobre la violencia de género contra mujeres, por lo que ahora se percibe como un atentado a los derechos humanos y uno de los más graves problemas sociales de urgente atención.
Hemos aceptado que la violencia de género es un mecanismo político cuyo fin es mantener a las mujeres en desventaja y desigualdad, que se incuba en la sociedad y en el Estado debido a la inequidad genérica. A través de investigaciones científicas, identificamos las formas de violencia y nos pronunciamos por erradicar conceptos misóginos no científicos como el «crimen pasional» y definimos jurídicamente la violencia sexual, como violación, estupro, incesto, el acoso, la violencia conyugal y familiar, la social, laboral, institucional, patrimonial, psicológica, intelectual, económica, jurídica y política.
Por ello es de sorprendernos que en el pasado informe de la Fiscal Especial María López Urbina, haya señalado que los últimos crímenes correspondían a casos de violencia intrafamiliar o crímenes pasionales. Cuando la categoría feminicidio significa todo atentado en contra de las mujeres en su integridad, salud, libertades y la vida. En el feminicidio concurren en tiempo y espacio, daños contra mujeres realizados por conocidos y desconocidos, individuos o grupos, ocasionales, o profesionales que conducen a la muerte cruel de las víctimas.
Cabe aclarar que no todos los crímenes son concertados por asesinos seriales, algunos son individuos, algunos son cometidos por conocidos, como las parejas, pariente, novios, esposos, compañeros de trabajo; pero también son realizados por desconocidos y anónimos. Sin embargo, todos tienen en común que consideran a que las mujeres son maltratables y coinciden en su infinita crueldad.
En Juárez ha concurrido de manera criminal, el silencio, la omisión, la negligencia y la colusión de autoridades. Existe feminicidio cuando el Estado no da garantías a las mujeres y no crea condiciones de seguridad para sus vidas en la comunidad, en los espacios de trabajo, de tránsito, de esparcimiento y también en la casa.
Contribuye a este fenómeno, el silencio social, y la desatención, la idea de que hay problemas más urgentes y la vergüenza y el enojo que no conminan a trasformar las cosas sino a disminuir el hecho de demostrar que son tantas «las muertas», en lugar de reconocer que detrás de cada asesinada o desaparecida, hay un nombre.
Por ello aplaudimos la idea de realizar una campaña en medios que ya identificamos con la frase «Atentamente, las Mujeres», para que en su quinta ocasión, la respaldemos, diversas instancias como Indesol, la Cámara de Diputados, el Senado de la República y organizaciones civiles.
Ahora la propuesta es una invitación a sumarnos para hacer más cosas contra la impunidad. Afirmando que una mujer que pierde la vida en esas condiciones también significa que estamos perdiendo los derechos, por lo que se concluye en la necesidad de esclarecer los crímenes y que se detenga la violencia.
Al fortalecer los mecanismo públicos responsables, se solicita se investiguen todos los asesinatos, se procesen y castiguen a los perpetradores, para lo cual se requiere de un tejido institucional que permita enfrentar la oprobiosa violencia de género en nuestro país.
La campaña va dirigida a que se realicen acciones para la sensibilización social e institucional sobre el fenómeno de la violencia, así como pedir justicia y el fin de la impunidad, porque lo que ha sucedido en Ciudad Juárez es el típico ejemplo del delito sexista favorecido por la impunidad.
*Senadora. [email protected]
2005/LS/SJ