En una declaración insólita, la directora ejecutiva del Fondo de Población de Naciones Unidas (FNUAP) Thoraya Ahmed Obaid, reconoció hoy que la muerte materna se triplicó en Iraq desde la década de 1990 debido a las sanciones económicas que impuso la ONU al país árabe tras la Guerra del Golfo.
En un comunicado, Ahmed Obaid establece que las causas de muerte materna son hemorragias, embarazos extrauterinos y complicaciones durante el parto, lo que hizo aumentar el número de decesos de 117 por cada 100 mil nacidos vivos en 1989 a 310 el año pasado.
De acuerdo con el FNUAP, en la década de 1990 aumentó el número de mujeres iraquíes que dio a luz en sus casas sin ninguna ayuda debido a la falta de acceso a servicios de salud eficientes, todo ello a causa de la devastación generada por el bloqueo económico que incluyó desde la venta de petróleo hasta la compra de medicinas y materiales de curación.
El bloqueo fue impuesto a Iraq como represalia por la invasión militar de su vecino Kuwait, realizada en agosto de 1990, y que llevó en enero de 1991 a la creación de una coalición internacional, encabezada por Estados Unidos, para obligar al gobierno del entonces presidente iraquí, Sadam Hussein, a desocupar el territorio kuwaití.
«La seguridad se deterioró en muchas áreas, muchas clínicas, cadenas de comunicaciones y transportes fueron afectadas», admitió el Fondo.
MILLONES DE JÓVENES EN RIESGO
Millones de jóvenes iraquíes están a punto de llegar a la edad reproductiva, por lo que debemos proteger su salud y proporcionarles información de calidad y servicios apropiados, agregó el documento, emitido en la sede de Naciones Unidas en Nueva York.
El documento llama a la rehabilitación de la infraestructura de Salud de Iraq, el reestablecimiento de la cadena de suministros de equipos y medicinas y la impartición de cursos de actualización para el personal médico, que se ha quedado rezagado de los avances de la medicina debido a las sanciones.
El «mea culpa» de la ONU tuvo lugar un poco tarde, ya que ahora Iraq enfrenta, desde marzo pasado, la ocupación militar de Estados Unidos y sus aliados bajo el argumento de la lucha contra el terrorismo internacional.
A casi ocho meses de la caída del gobierno de Saddam Hussein, las mujeres de Iraq siguen esperando los derechos que les prometió el gobierno estadounidense, en medio de una escalada de violencia por el inicio del Ramadan, mes sagrado de los musulmanes, que ha estado marcado por atentados por parte de la resistencia iraquí contra intereses de Estados Unidos.
«Hasta ahora no hemos recibido ningún beneficio de esta guerra, que según Estados Unidos iba a liberarnos. En todo caso, las cosas han empeorado», manifestó Kowthar Ahmed, una estudiante de la Universidad de Bagdad.
Organizaciones de defensa de los derechos de la mujer, hospitales y agencias de la ONU informan a diario sobre violaciones y secuestros de mujeres jóvenes.
Aunque no existen estadísticas precisas, los casos de violación y secuestro en los últimos seis meses suman varios miles.
«Nunca tuvimos este tipo de problemas bajo el gobierno de Saddam. Antes podíamos salir solas, incluso de noche. Ya no», lamentó Ahmed.
En realidad, en las calles de Bagdad se ven muy pocas jóvenes solas durante el día, mucho menos durante la noche.
Pero la seguridad no es el único problema de las mujeres iraquíes. Las activistas están preocupadas por la necesidad de modificar leyes y dogmas culturales, y estimulan a las mujeres a exigir más activamente sus derechos.
Tras la anulación de leyes y la Constitución de la era de Saddam Hussein, varias activistas iraquíes retornaron de su exilio en países occidentales como Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña, para ayudar a la causa de sus compatriotas.
En julio pasado organizaron una conferencia en que seis comisiones analizaron las necesidades de las mujeres en materia social, económica, jurídica, constitucional y política.
2003/MES/MEL