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Se agudiza violencia y periodistas siguen desprotegidas

Por Anayeli García Martínez

Los asesinatos y desapariciones de periodistas dejaron de ser un tema invisible a partir de 2005 sin que hasta el momento se tengan protocolos de seguridad, ni mecanismos de protección.

Comunicadores aseguran que durante la última década de gobiernos federales del Partido Acción Nacional (PAN), los actos contra la libertad de expresión prácticamente se volvieron cotidianos en un país donde la violencia se recrudece día con día.

La tarde de este domingo 11 de septiembre el gremio periodístico salió a las calles para denunciar el clima de violencia y exigir justicia para las reporteras Ana María Marcela Yarce Viveros y Rocío González Trápaga.

«El peor crimen es el silencio» fue la frase de esta marcha. En la movilización de agosto de 2010 el lema «Los Queremos Vivos» acompañó a las y los comunicadores, en una muestra de repudio a la impunidad y los asesinatos de periodistas.

En 2005 Reporteros Sin Fronteras colocó a México como el país más peligroso del continente americano para ejercer el periodismo. Desde entonces, la violencia contra reporteros, fotógrafos, editores, columnistas y demás trabajadoras y trabajadores de los medios ha ido en aumento.

De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), 66 periodistas fueron asesinados de 2000 a 2010 y sólo de 2005 a 2010 se han registrado 18 ataques en instalaciones de medios de comunicación y 12 reporteros más han sido desaparecidos.

Para organizaciones civiles con trabajo en libertad de expresión la cifra es de 80 periodistas asesinados durante los últimos 11 años. Los periodistas critican que si antes tenían que lidiar con la censura y las intimidaciones, hoy tienen que resguardar su vida.

Aunque las cifras varían según la organización que registre los casos, lo cierto es que cada año su suman más nombres a las estadísticas, mientras que las autoridades federales y estatales evaden su obligación de otorgar garantías de seguridad o establecer un marco legal a favor de las y los trabajadores de la información.

El integrante del Club de Periodistas, Jorge Santa Cruz, advierte que el tema no es nuevo. La violencia contra el gremio periodístico data de hace muchas décadas, no es sólo de estos 10 años de gobiernos del PAN, explica.

Para este comunicador, durante los gobiernos priistas los presidentes municipales, gobernadores y «caciques» también han sido enemigos de la libertad de expresión, sin embargo ahora la violencia se ha disparado.

Además afirma que las y los reporteros que están en la Ciudad de México viven en «una especie de paraíso», mientras que los colegas que están en Tamaulipas, Nuevo León, Sonora, Baja California, Durango o Sinaloa, padecen pésimas condiciones de trabajo.

De acuerdo con datos de la Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), de 2006 a 2010 se han presentado 35 quejas por agresiones contra periodistas del DF, la forma de violencia más común son los allanamientos a instalaciones de medios de comunicación, agresiones físicas y verbales, demandas judiciales y la asignación discrecional de la publicidad oficial.

El clima de hostilidad en el país fue constatado por los relatores especiales para la Libertad de Expresión, Catalina Botero, de la Organización de Estados Americanos (OEA), y Frank La Rue, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), quienes vinieron a México en agosto del 2010.

Los relatores alertaron que México continúa siendo el más peligroso para el ejercicio periodístico, pese a que esta alerta viene de años atrás, sin que el gobierno federal tome acciones para revertir la situación.

Botero y La Rue señalaron que en México hay una impunidad generalizada en los casos de asesinatos contra periodistas y otros actos de violencia contra quienes difunden información, ideas y opiniones.

La periodista de Reporte Índigo, Anabel Hernández, critica la indiferencia de las autoridades: «A nadie le importan los periodistas, si no nos defendemos nosotros, quién. Lo que vemos es que cada vez que aumenta la violencia y la corrupción también aumenta la violencia contra los periodistas».

Si bien son pocos los informes con perspectiva de género, el programa de Libertad de Expresión de Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC) ha registrado y documentado 27 eventos de violencia cometida contra mujeres periodistas en México en lo que va de 2011.

De acuerdo con la investigación de CIMAC, el feminicidio de Rocío González Trápaga y Ana María Marcela Yarce, y la ejecución de Yolanda Ordaz de la Cruz, dan cuenta de los procesos violentos que las informadoras enfrentan hoy en día en México.

11/AGM/RMB/LGL

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