En el primer semestre de 2009, en Puebla desaparecieron 569 mujeres. Según registros de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) local, del 2005 al 2009 fueron reportadas como «perdidas» 3 mil 323 mujeres.
Se trata de jóvenes menores de 30 años que destacan estadísticamente en el informe, seguidas de niñas. América Soto, directora del Instituto Poblano de la Mujer, omitió hacer cualquier declaración respecto a este hecho.
Las cifras poblanas de desapariciones femeninas superan las de Chihuahua: Nuestras Hijas de Regreso a Casa, principal organización no gubernamental que ha dado seguimiento a los casos en esa entidad, denunció, en los primeros tres meses del 2008, 40 desapariciones. Puebla registró, en el mismo periodo, 256.
En 2009 la tendencia es la misma: hasta mayo, en Ciudad Juárez la fatídica lista de desapariciones registraba 14. Puebla tiene reportadas, hasta el 21 de julio de este año, 569 mujeres con «paradero desconocido».
De acuerdo con los datos de la PGJ de Puebla, en 2005 se registraron 61 desapariciones de mujeres que en 2006 se duplicaron: ese año fueron abiertos 137 expedientes.
Pero las cifras se dispararon en 2007, con 1 mil 402 casos. Destacaron, en este registro, jóvenes de entre 13 y 29 años. Para el 2008, el reporte anexaba más de mil desapariciones de mujeres, 1 mil 154.
En el primer semestre 2009, junio fue el mes más siniestro: se reportaron 102 desapariciones de mujeres; 98 eran jóvenes. En enero de este mismo año se abrieron 84 expedientes; en febrero, 69; en marzo, 88; en abril, 76. En mayo se registraron 89, y en julio, 61.
Para Lourdes Pérez Oseguera, directora del Observatorio Social de Violencia de Género, esta situación se vive en el país entero, que destaca por las pautas sistemáticas de violencia brutal e indiferencia que sufren las mujeres en sus diversos ámbitos de acción, sean privados o públicos.
Los constantes asesinatos y desapariciones de niñas y mujeres son ejemplo de lo que se ha denominado feminicidio: asesinatos de mujeres agravados por la actitud omisa e ineficiente de las autoridades encargadas de investigar y castigar estos crímenes.
A escala nacional, la Fiscalía Especial para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra) reconoce que las cifras de mujeres desaparecidas se han incrementado silenciosamente en Chihuahua, Estado de México y el Distrito Federal, entidad donde se reportaron cuatro mil 188 desapariciones entre 2000-2007, mientras que en el Estado de México se documentaban 877.
UN DESTINO POSIBLE
La zona metropolitana de Puebla y la región de Atlixco son consideradas como puntos rojos en Latinoamérica por la trata y explotación sexual de mujeres menores de edad.
En la capital del estado, la región aledaña a Tlaxcala se convirtió en un refugio para muchos tratantes debido a que ellos permanecen en el anonimato ante la falta de operativos por parte de las autoridades, señaló la organización civil Fray Julián Garcés.
El responsable del programa de Derechos Humanos de la Universidad Iberoamericana Puebla (UIP), Óscar Castro Soto, calculó que cada medio año se registran al menos diez nuevos testimonios de explotación sexual de menores en Puebla, a los cuales no les dan seguimiento las autoridades.
Comentó que en esa entidad se conocen al menos tres formas en que los tratantes enganchan a las menores de edad, quienes provienen del mismo estado o de otras entidades del sur del país y de naciones centroamericanas: la primera es el enamoramiento; la segunda, el rapto, y la tercera es la compra-venta.
Son tres modos fundamentales en que operan. Hay personas que aprenden a enamorar a las niñas, a adolescentes, y las engañan para que sean después prostituidas en la ciudad de Puebla o en otras, como Guadalajara, Tijuana o San Francisco, en Estados Unidos; otra modalidad es el rapto, y eso está vinculado con secuestro de migrantes. Otra es la compra-venta de personas a partir de acuerdos con redes de Centroamérica, apuntó Castro Soto.
En el contexto de la firma del acuerdo de cooperación para la realización del Segundo Congreso Latinoamericano sobre Trata y Tráfico de Personas entre la UIP, la Universidad de Buenos Aires, Argentina, y organizaciones civiles, la integrante del Centro de Estudios Sociales y Culturales Antonio de Montesinos Raquel Pastor Escobar, explicó que la trata de personas es un fenómeno que va en aumento a causa, principalmente, de la pérdida de valores y de la situación económica.
Teresa Ulloa, directora de la Coalición Contra el Tráfico de Mujeres y Niñas en América Latina y El Caribe (Catwlac) ha recibido en México, este 2009, 15 mil denuncias de mujeres y niñas desaparecidas.La sociedad ha perdido confianza en las autoridades y cada vez acuden más a nosotros, dijo, y señaló que la ley mexicana sobre robo de mujeres y desapariciones debe modificarse para abarcar también la trata interna.
De acuerdo con la dirigente, los principales destinos de las mujeres y niñas sometidas a trata son Estados Unidos, Canadá, España, Holanda, Japón y Alemania. Los estados mexicanos con mayor incidencia de este delito son aquéllos que hacen frontera en el norte y el sur, y los puntos turísticos en la costa.
Para Ulloa, se ignora «cómo operan el delito y las redes internacionales; se carece de un mapa del fenómeno y no se tienen claras las rutas ni la magnitud»
Según sus datos, en todo el país hay cerca de cinco millones de personas dedicadas al trabajo sexual, cifra que va en aumento debido a las condiciones de pobreza del país.
El crimen organizado está operando impunemente la trata porque les parece más redituable y segura que el tráfico de drogas, afirmó.
La coalición, que opera en 15 países del continente americano, tiene un sistema de alerta roja para denunciar ante las autoridades los casos que les reportan una vez que son confirmados. El sistema contempla la insistencia reiterada a las autoridades si no se reciben noticias de una desaparecida.
Ulloa apuntó que la legislación sobre trata es deficiente porque sólo se contemplan sanciones penales y no la prevención ni la atención a las víctimas; asimismo, al igual que Pastor Escobar, se pronunció por que el delito de trata sea perseguido de oficio y por que no sea necesaria una denuncia formal para que comiencen las investigaciones.
INCAPACIDAD DE ESTADOS Y FEDERACIÓN
Las políticas públicas de la federación, los estados y los municipios son «insuficientes para controlar la violencia contra las mujeres, los asesinatos y las desapariciones», afirma el Observatorio Ciudadano del Feminicidio (integrado por 42 asociaciones civiles). De acuerdo con ese organismo, entre enero de 2006 y agosto de 2007 se registró mil 931 homicidios dolosos contra mujeres en México.
El Estado de México está a la cabeza en la lista de mujeres asesinadas en el país entre 2005 y2008, con 573 casos. Le siguen Distrito Federal, con 427; Chihuahua, con 360; Veracruz, con 282; Chiapas, con 275; Jalisco, con 214 y Quintana Roo, con 141.
Autoridades de Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Yucatán, Durango, Colima, Quintana Roo y Baja California Sur no entregaron estadísticas.
Quintana Roo muestra un incremento considerable en los últimos dos años: en 2007, 36 mujeres fueron asesinadas; en 2008, 64. En Coahuila, el aumento fue de 14 a 26 homicidios dolosos contra mujeres en el mismo periodo, durante el cual Veracruz pasó de 62 a 96 casos.
En 2008, Chihuahua reportó 187 crímenes de este tipo, colocándose por encima del Estado de México, con 176. Veracruz registró 96 casos; el Distrito Federal, 92; Jalisco, 57, y Chiapas, 45, con base en información de las procuradurías estatales de justicia.
La violencia contra las mujeres continúa imparable en el país. Más de seis mil mujeres cayeron a manos de asesinos entre 1999 y 2005; cuatro víctimas por día en promedio, revela la «Investigación diagnóstica sobre la violencia feminicida en la República Mexicana» elaborada para sustentar la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. De acuerdo con el estudio, a cargo de la Comisión Especial de Feminicidios de la pasada LIX legislatura federal, más de mil 200 mujeres fueron asesinadas en 2004.
Los problemas pasionales encabezan la estadística, pues los agresores suelen terminar con la vida de sus parejas sentimentales y sus hijas e hijos. En promedio, en el ámbito nacional, «cada día durante, los últimos 30 años, son asesinados dos menores de 14 años». Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), 70 por ciento de la violencia contra niñas, niños y adolescentes tiene lugar en el entorno familiar.
Así, 186 menores de edad fueron asesinadas y asesinados en Chihuahua en 2007 y 2008: de 56 homicidios contra ellas y ellos en 2007, la cifra se disparó a 130 el año pasado. En el mismo periodo, en el Estado de México se registraron 173 casos; en Chiapas, 150; en el Distrito Federal, 88; en Guanajuato, 56; y en Jalisco, 54. La estadística incluye recién nacidos.
UNA LEY INOPERANTE
Funcionarios de las procuradurías estatales de justicia negaron las estadísticas de homicidios dolosos contra mujeres en Guerrero, Oaxaca, Puebla, Michoacán, Baja California, Zacatecas, Tamaulipas, Querétaro, Yucatán, Durango, Colima, Quintana Roo y Baja California Sur.
La Cámara de Diputados aprobó en 2007 la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, que establece la coordinación entre federación, estados y municipios para prevenir, sancionar y erradicar la violencia. Los principios rectores son igualdad jurídica entre la mujer y el hombre, respeto a la dignidad humana, no discriminación y libertad. No obstante, legisladores se negaron a tipificar el delito de feminicidio, fenómeno que va en aumento
Al respecto, las 32 legislaturas estatales ya aprobaron las leyes en contra, pero solamente seis han publicado los respectivos reglamentos para la entrada en vigor de esas legislaciones. El estado de Querétaro, por ejemplo, aprobó la ley en 2008, pero el gobernador Francisco Garrido Patrón aún no ordena la publicación del reglamento.
En la misma situación se encuentran 25 estados mientras la violencia contra las mujeres recrudece. «Es necesario acelerar el paso porque sólo seis entidades federativas: Aguascalientes, Jalisco, Nuevo León, San Luis Potosí, Yucatán y Distrito Federal cuentan con el reglamento de dichas leyes. El Banco Nacional de Datos —para conocer la realidad de la violencia hacia la mujer— también continúa pendiente, cuando debía estar listo desde marzo de 2008.
Al respecto, Rocío García Gaytán, titular del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), asegura que este año estará terminado, aunque no hay fecha para conocer las primeras estadísticas.
HOMICIDIOS SIN RESOLVER
El fenómeno de violencia contra las mujeres no es exclusivo del estado de Chihuahua. Según los datos recopilados por la Comisión Especial para conocer y dar seguimiento a las investigaciones relacionadas con los feminicidios en la República Mexicana, perteneciente a la Cámara de Diputados, los asesinatos cometidos contra mujeres a escala nacional fueron aproximadamente 900 en el año 2004. Inmujeres calcula que al menos 126 ciudades del país registran asesinatos violentos en contra de mujeres. En Puebla, las cifras continúan en las sombras.
En el mes de julio, con la averiguación previa 728/2009/Tecamachalco, en un rutinario acto de levantamiento de cadáver se daba cuenta que a las 04:00 horas, en la barranca El Viboreado, perteneciente a la Purísima de Bravo, en Tecamachalco, Puebla, se encontró el cuerpo de Guadalupe López Rosas, de 73 años de edad. El dictamen informa que falleció por shock hipovolémico secundario a heridas por instrumento punzocortante. «Presenta siete lesiones, cuatro en la espalda y tres en el tórax», explicaba el documento.
Su hijo y su hermano la identificaron. Lo único que sabían es que el día 16 de julio del presente año, alrededor de las 15:00 horas, fue a llevar de comer a su marido «al rancho». Ella nunca llegó.
En lenguaje de la PGJ, se concluyó: «al querer dar aviso a las autoridades por desaparición de persona les informan que las características proporcionadas coinciden con la persona encontrada en el lugar antes mencionado»
No había pasado una semana cuando la Averiguación Previa 108/2009/TEHUITZINGO, redacta que a las «12:00 horas, en el Km. 130 de la carretera Internacional México- Suchiate a la altura del tramo Palomas Acatlán, Pue., del sexo femenino, de aproximadamente 50 años de edad, quien se encuentra en calidad de desconocida número 3, falleciendo por asfixia por estrangulamiento. La occisa es de complexión robusta, tez morena, cabello corto, lacio, vestía blusa color verde, falda negra, ropa interior rosa
Dos párrafos fueron usados para explicar que a las 10:30 horas del 17 de julio del año en curso, el cadáver de una mujer fue encontrada por el inspector de la población Nuevos Horizontes, quien al circular por dicha carretera se percató de la occisa, por lo que dio aviso a la policía municipal de ese lugar. De acuerdo con el documento, se desconoce la mecánica del hecho.
NO ESTÁN TODAS LAS QUE SON
La PGJ afirma que la lista de asesinatos de mujeres no resueltos en Puebla desde el año 2000 son 15 casos señalados como homicidios, homicidios calificados y homicidios dolosos.
En 2002 ocurrió un homicidio «en integración» con el expediente 141/2002/AEHOM. En 2003, los homicidios dolosos que corrieron la misma suerte fueron 2, 107/2003/AEHOM Y 113/2003/AEHOM
El 2004, según la PGJ, la averiguación previa 26/2004/ AEHOM de un homicidio calificado aún está integrándose. En 2005, cuatro casos, uno por homicidio calificado y los demás dolosos, tampoco fueron esclarecidos, así como el del 2007, único caso de homicidio calificado en ese año. Ni los tres homicidios dolosos en 2006 ni los tres homicidios calificados del 2009 han tenido más avances.
Llama la atención un caso ocurrido en 2006 con el expediente V. 127/2006/EH/2, DICTAMEN 611, el cual no aparece en la lista de «pendientes de la PGJ»: el cuerpo desnudo de una mujer fue encontrado en el baño de una habitación del Hotel Reforma, ubicado en la calle Cuatro Poniente número 916, colonia Centro.
Vecinos refirieron a reporteros locales que podría tratarse de una trabajadora sexual, pues se sabía que en el lugar eran violentadas.
La explicación de la dependencia presentaba, en los pocos datos que ofrecía, algunas inconsistencias pues, según la explicación, ella se habría suicidado con una agujeta de color negro.
La integración previa decía que la agujeta había causado «asfixia mecánica por ahorcamiento».Los medios en ese año tuvieron acceso al dictamen que informaba «surco de estrangulamiento de 25cm de longitud de 1mm de profundidad y 1mm de ancho incompleto, dirección horizontal ubicada a la altura del cartílago tiroides manzana de Adán, decoloración negrusca de adelante hacia atrás y de abajo hacia arriba. Surco escoriativo de 32cm de longitud, 1mm de ancho, 1mm de profundidad de adelante hacia atras y de arriba hacia abajo, existe una separación entre ambos surcos de 1cm»
Sobre la vestimenta se refirió: «cuerpo solo con pulseras de 3 hilos color azul, una pulsera metálica. En la articulacion de la mano derecha y articulación de la mano izq. una pulsera de hilo color negro, una pulsera de color azul y una pulsera de color blanco». De esta información se dedujo que estaba desnuda.
La mujer asesinada medía 1.50 metros y era de «complexión regular, raza mestiza, tez morena clara, cabello largo, lacio y abundante, dentadura completa y mentón oval».
Y es todo lo que se sabía a dos años de su asesinato.
09/KC/YT/LGL
