Entre el disenso político, la ingobernabilidad o el desinterés, se logran mantener a flote los mecanismos, oficinas o institutos de las mujeres en América Latina y el Caribe, que en general han significado avances para la población femenina en cada país desde hace dos décadas.
Así quedó manifiesto tras el análisis que 22 ministras o presidentas de estas instancias hicieron hoy durante la 39 Reunión de la Mesa Directiva de la Conferencia Regional sobre la Mujer de América Latina y el Caribe, presidida por la funcionaria mexicana Patricia Espinosa Torres en el World Trade Center.
En el documento de discusión Sostenibilidad política, técnica y financiera de los mecanismos para el adelanto de las mujeres, se establecen dilemas, luego de una encuesta con funcionarias de cada país, como lograr el equilibrio «de un sistema político reacio a la igualdad y a la necesidad de fortalecer un movimiento de mujeres como actores políticos autónomos.
También se plantean los dilemas de proponer nuevos modelos de gestión, la dificultad de contar con recursos propios para funcionar y también a la necesidad de lograr que recursos ajenos, pero de la misma administración pública, lleguen a las mujeres.
Para Rocío Rosero, directora del Consejo Nacional de la Mujer (Conamu) en Ecuador, la institución que preside presenta «más amenazas que potencialidades» debido a la inestabilidad política e institucional que enfrenta su país en el año que encabeza la instancia, dijo ante el pleno.
Mientras que la directora de la Unidad de Género de la CEPAL, Sonia Montaño, advirtió que son muchos los frutos que estas instituciones han dado a las mujeres pero que en el contexto de las transiciones políticas corren riesgos.
El más evidente ejemplo fue el anuncio en esta semana del cambio de lugar del Ministerio de la Mujer de Costa Rica con la entrada del presidente Arias sin que por el momento las funcionarias aquí presentes conozcan el futuro de tal institución.
La ex presidenta del Instituto Nacional de la Mujer en Honduras, Marcela Suazo consideró que estas instancias se ponen en riesgo de ser consideradas como parte de los programas sociales y terminar englobadas en ellas.
Para Patricia Espinosa Torres, el mayor riesgo del Inmujeres es «la dificultad de consenso político» como se asienta en los resultados preliminares de la encuesta, en tanto que bajo el gobierno de Hugo Chávez en Venezuela hay riesgo por el «supuesto social de que no es necesario un mecanismo existiendo un marco de igualdad y cambio general.»
Según la encuesta, en el caso de Nicaragua y Colombia, el mayor riesgo estaría en la falta de recursos.
Los mecanismos u oficinas de la mujer surgieron a lo largo de los pasados 20 años para impulsar la equidad entre mujeres y hombres mediante políticas públicas.
En 2001, el Consejo Nacional de la Mujer (Conmujer) se convirtió en el actual Inmujeres y se fundaron sus homólogos en Brasil y Guatemala.
De los años 90 provienen las instancias de Colombia, Costa Rica, Chile, Ecuador, Honduras, El Salvador y Paraguay.
Anteriores son las instancias de Nicaragua (década de los 80); de Venezuela (años 70) y la Federación de Mujeres Cubanas, fundada en la década de los 60.
06/MR/LR
