En medio de la conmemoración del partido socialista francés, en enero de 2006, a 10 años de la muerte del ex presidente François Mitterand, la ex ministra Ségolène Royal eligió construir el porvenir y viajó a Santiago de Chile para apoyar la campaña política de Michelle Bachelet, primera presidenta de esa nación.
Dentro de algunos meses, el partido socialista tendrá que elegir a su candidato para contender en las elecciones presidenciales de 2007 y según los sondeos, Ségolène Royal es la precandidata socialista favorita de los franceses.
En una Francia harta por la falta de renovación de los políticos, Ségolène Royale, una mujer de 53 años de edad, tiene éxito porque presente un aire de sinceridad
Ha sido cuatro veces ministra (del medio ambiente, de educación, de la familia y de la infancia), tiene experiencia en política, tanto al nivel local como nacional. El medio ambiente, la educación, la familia, y más generalmente el asunto social son sus temas favoritos.
Ségolène Royal va en contra de los conservadores, por su compromiso contra la violencia y el sexo en la televisión.
Como voluntaria, ha sabido defender algunas innovaciones polémicas como la píldora del día siguiente en los institutos, y por sus reformas locales y puntuales, así como por su capacidad de enfrentar a la derecha.
En 2004, ganó las elecciones locales en una región tradicionalmente fiel a Jean-Pierre Rafarin, ex primer ministro, del UDF (primer partido de derecha).
Fue una de las pocas personalidades capaz de hacer frente a Nicolás Sarkosy (el principal adversario de cualquier candidato del partido socialista) en una emisión televisada.
Si Ségolène Royal pertenece a la tendencia centro-izquierda, su independencia con los partidos le permitiría ser la representante de un país entero, y no solo de una ideología. Hoy solo se espera que salga un verdadero programa político.
El reto es grande, y por primera vez, Francia tiene la oportunidad real tener una mujer como presidente de la Republica.
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