Cuando la teniente Yesiret Zárraga sobrevuela la tierra de Venezuela al mando de un helicóptero militar de última generación, las hélices del aparato parecen enviar al mundo un mensaje sobre las expectativas femeninas en su país, informa Prensa Latina.
La joven Zárraga, única mujer que ejerce como piloto en la Fuerza Armada Nacional, bien podría ser la imagen representativa de la venezolana contemporánea, habitante de una nación abocada al cambio social desde 1999.
En ese año arribó al poder por la vía electoral el presidente Hugo
Chávez, quien inició un proceso de profundas transformaciones encaminadas a salvar al país, hundido por el anterior modelo neoliberal.
Los cauces democráticos trazados a partir de entonces abrieron nuevas posibilidades de participación ciudadana a la mujer.
Prueba de ello son tres venezolanas: Cilia Flores, que preside la Asamblea Nacional; Tibisay Lucena, el Consejo Nacional Electoral, y Luisa Estela Morales, el Tribunal Supremo de Justicia.
Estas elecciones a tan altos cargos públicos, más varias que ejercen como ministras del gobierno, representan un mensaje clarísimo a la opinión pública internacional sobre los avances de la mujer en el país, indicó recientemente la diputada Gabriela Ramírez.
LOS OBSTÁCULOS
Pero no todo es color de rosa. La presidenta del Supremo se pronunció hace unas semanas por la importancia de la persecución y la condena de los delitos de maltrato doméstico, de maltrato a la mujer y a la familia.
Según fuentes parlamentarias, al menos una venezolana muere cada semana debido a la agresión de su pareja.
Por eso fue tan bien recibido por las venezolanas el anuncio del presidente Hugo Chávez, de que acababa de firmar una ley contra la violencia en el hogar.
El mandatario consideró indispensable ese texto jurídico en una sociedad machista, como un medio de contribuir a la igualdad de géneros.
La legislación tiene como propósito prevenir, controlar, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer y la familia, así como la asistencia a las víctimas.
Más allá de reparar en iconos vivos como la teniente Zárraga, las venezolanas que acompañan la revolución bolivariana ajustan los motores para el despegue de lo que han definido como la plataforma unitaria.
Y a la vez dan los toques finales a la organización del XIV Congreso Mundial de Mujeres.
La cita ecuménica de la Federación Democrática Internacional de Mujeres (FDIM) tiene lugar en Caracas del 8 al 14 de abril próximo, y sus anfitrionas hospedan a cerca de tres mil delegadas procedentes de unos 100 países.
Además de su coincidencia con el quinto aniversario de la acción popular que restituyó en el poder al presidente Hugo Chávez tras el frustrado golpe de estado de 2002, el evento servirá de rampa a la plataforma unitaria de mujeres.
En tal sentido trabajan la Fuerza Bolivariana de Mujeres, los movimientos femeninos Clara Zetkin y Manuelita Sáez, Participación Activa y Social, y la Red de Mujeres de Vargas.
Esas cinco organizaciones venezolanas, miembros de la FDIM, convocaron a un acto en Caracas para hacer el llamamiento público a la integración de la fuerza única.
Pero en la misma órbita del Comité Preparatorio del Congreso giran también gran número de organizaciones territoriales, étnicas, locales y profesionales, conformadas por venezolanas de un amplio espectro social.
Las principales organizadoras del cónclave estiman que la estrategia pro unidad del movimiento femenino nacional será un saldo positivo extra del Congreso de la FDIM, primero que tendrá por escenario una ciudad del continente americano.
Elena Linares, presidenta del Comité Nacional Preparatorio de la cita mundial, comentó que desde hace varias semanas trabajan en las bases de lo que aspiran desemboque en la conformación de una sola organización de masas femenina.
Precisó que, además del congreso propiamente dicho, Caracas favorecerá al mismo tiempo otras acciones colaterales como son la Tribuna Mundial de Solidaridad y las Ferias Artesanal y del Libro, ambas con carácter global.
Construyendo la unidad de las mujeres revolucionarias es el título del documento programático de la unidad, presentada a la consideración del Comité Político de la Comisión Organizadora del Congreso Mundial, por la Red de Mujeres de Vargas.
A la par que las acciones propias de su género, las mujeres están insertadas en la coyuntura política que vive Venezuela, luego que en diciembre, y tras ganar la reelección presidencial, Hugo Chávez convocara a la conformación del Partido Socialista Unido (PSUV).
María Hernández, Defensora Metropolitana de los derechos humanos de la mujer en la Alcaldía de Caracas, dialogó con Prensa Latina sobre la importancia del empeño de unidad que alienta el movimiento femenino en torno a la obra de la revolución bolivariana.
Al comparar momentos históricos de diverso matiz, la Defensora
Metropolitana de la mujer ponderó los avances logrados por las mujeres en materia de calidad legislativa.
Con anterioridad a 1999 resultaba demasiado cuesta arriba para las mujeres soñar con esos cambios legales, y ahora estamos pidiendo que se generen en la práctica diaria las verdaderas transformaciones, señaló con énfasis.
Organizar por primera vez en el hemisferio un Congreso Mundial de Mujeres y aprovecharlo como catapulta hacia la unidad, son los grandes desafíos que enfrentan las venezolanas por estos días.
Mientras, lejos de las salas de reuniones y a la hora de remontar cada vuelo, la teniente Yesiret Zárraga, más que los sofisticados mandos de un helicóptero de combate, aferra sus manos al compromiso de abrirles las puertas del cielo a otras jóvenes venezolanas.
07/GG
