El próximo fin de mes se reunirán aquí legisladoras de España, México y Guatemala, quienes proponen la inclusión del feminicidio y discriminación contra las mujeres en las agendas legislativas de cada país.
La discusión que inició en México, continuará aquí, anunció la diputada Mayra Ponce, quien explicó que las actividades se realizarán el 30 de junio y 1 de julio, en que también se analizará la necesidad de tipificar el feminicidio como crimen de lesa humanidad.
Ponce, diputada por el Frente Republicano Guatemalteco (FRG), aseguró que también se abordará la creación de una red de parlamentarias.
La integrante de la Comisión de la Mujer en Guatemala, explicó que el principal problema en la erradicación de las muertes violentas de mujeres, es la falta de expertos que investiguen eficientemente los casos, la contaminación de la escena del crimen, la impunidad y el escaso presupuesto destinado a las instancias que atienden las denuncias.
A decir de la diputada, la saña con la que han sido asesinadas 259 féminas en lo que va del 2005, ha aumentado; el sufrimiento de las y los familiares de las víctimas es el mismo, sin importar su estatus social, económico y político, por lo que es de vital importancia erradicar el flagelo, dijo.
En Guatemala el número de mujeres muertas de forma violenta asciende a mil 939 en sólo seis años y medio, sin que haya una política pública de seguridad efectiva y específica para las féminas, según un reporte de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH).
De acuerdo con un reporte del gobierno de España, los índices de violencia de género han aumentado de forma dramática, ya que entre 1999 y 2003 fueron asesinadas a manos de sus convivientes y esposos 315 mujeres, mientras que en México el número asciende aproximadamente a mil 700, en 10 años, siendo los estados más afectados Ciudad Juárez, Veracruz, Baja California, el Distrito Federal y Chiapas.
Ignacio Ramonet, director del diario francés Le Monde Diplomatic, aseguró que la violencia intrafamiliar, contra la mujer y el feminicidio, son el reflejo de las relaciones de poder históricamente desiguales entre los géneros, que se deben erradicar con leyes internacionales apropiadas e inmediatas y con la creación de un tribunal permanente.
2005/SJ
