Las mujeres que han recibido implantes cosméticos de senos a base de silicón tienen tres veces más probabilidades de cometer suicidio que el resto de la población, según un estudio del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos (INC).
El estudio fue dado a conocer mientras la Administración Federal de Medicinas de Estados Unidos (FDA en inglés), analiza la autorización de un implante para senos a base de gel de silicón elaborado por Inamed Corporation, luego de que el uso de éstos fue restringido desde 1992 por dudas sobre su seguridad para la salud.
Los resultados del INC coinciden con un análisis elaborado en Suecia y otro realizado por organizaciones civiles de mujeres de Estados Unidos, según los cuales los índices de suicidios son inexplicablemente mayores entre quienes recibieron implantes en lo senos, aunque no ha sido encontrada una relación directa. Los estudios excluyen a mujeres sometidas a mastectomía.
El estudio del INC analizó a dos mil 166 mujeres, algunas de ellas recibieron implantes hace 30 años y fue realizado por el Instituto Internacional de Epidemiología (privado), fundado por Dow Corning Corporation, ex fabricante de gel de silicon para implantes de senos.
Joseph K. McLaughlin, quien coordinó la investigación, consideró irónico que nadie haya tomado en cuenta hasta ahora la información sobre suicidios y agregó que en los cientos de estudios que hay al respecto sólo un problema es consistente, justamente el suicidio.
Sin embargo reconoció que no hay aún pruebas de una relación directa entre el implante y la decisión de quitarse la vida y que el alto índice de suicidios puede estar vinculado a la naturaleza de las mujeres que deciden mejorar su figura por medio de la cirugía estética.
El estudio del INC encontró un incremento de 50 por ciento de los suicidios entre mujeres con implantes que en el resto de la población y superior al 400 por ciento comparado con mujeres que han sido sometidas a cirugía plástica de otro tipo.
La presidenta del Centro Nacional de Investigaciones para las Mujeres y Familias, Diana Zuckerman, enemiga de los implantes cosméticos de senos, afirmó que pese a la falta de claridad en la razón de los suicidios éstos existen y hay que tomarlos en cuenta.
En tanto, el professor David B. Sarwer, profesor de la Universidad de Pensylvania, consideró indispensable que los cirujanos plásticos se esfuercen más en entender el estado psicológico y emocional de las mujeres que quieren hacerse un implante de senos.
«Si una mujer muestra signos de inestabilidad o una historia de atención psiquiátrica, los cirujanos deberían consultar con profesionales de la salud mental antes de colocar el implante».
El experto asegura que entre el siete y el 15 por ciento de las mujeres estadounidenses están convencidas de que tienen algún defecto físico que afecta su apariencia, por lo que no responden bien a una cirugía cosmética.
Algunos investigadores aseguran que el elevado número de suicidios refleja el mal estado psicológico de las mujeres que se colocan implantes, pero otros consideran que la decisión de quitarse la vida es consecuencia de las dificultades y dolores que padecen varios años después de la cirugía.
Pese a las restricciones de la FDA, el año pasado 225 mil mujeres estadounidenses se colocaron implantes de silicón en los senos.
2003/MES/MEL
