Las parteras de la región amazónica del Alto Napo, en Ecuador, son las protagonistas de un proyecto de la Cruz Roja que combina los conocimientos y los ritos ancestrales de las mujeres parteras quichuas con los conocimientos de la medicina actual. El objetivo: mejorar la salud de mujeres y niños menores de cinco años.
María Antonia, Manuela y Celia son tres de las 15 mujeres parteras de la Asociación Amupakin, para las que la Cruz Roja ha construido y equipado una Casa de Salud donde puedan dar seguimiento a las mujeres embarazadas, los partos y el cuidado postnatal en el seno de la comunidad quichua que habita en la región amazónica ecuatoriana del Alto Napo.
Amupakin, sin embargo, tiene mucho de especial, ya que se ha puesto en marcha combinando los conocimientos y ritos ancestrales de las mujeres parteras quichuas con los conocimientos empíricos necesarios para mejorar la salud de mujeres y niños menores de cinco años de su comunidad.
De esta forma, se espera reducir las altas tasas de mortalidad infantil y maternal que existe entre este pueblo, además de mejorar su cobertura sanitaria.
Y es que en las zonas rurales y marginales de los núcleos de población, las mujeres embarazadas no acudían a los centros de salud para la revisión de su embarazo y de la evolución posterior de la madre y el bebé, debido a los precios de las consultas y a la creencia de que los médicos en los hospitales lo solucionaban todo con una cesárea.
RECONOCIMIENTO
Las parteras caseras, formadas generación tras generación en la medicina natural, eran las que ayudaban tradicionalmente a las mujeres embarazadas a parir y a cuidar el postparto. En años recientes el sistema de salud ecuatoriano oficial había marginado la medicina indígena, y también la atención sanitaria prestada a las comunidades rurales.
Ahora, gracias a Amupakin, estas parteras caseras se han convertido en las protagonistas y transmisoras de los hábitos que las mujeres y madres deben adquirir para cuidar de sus bebés y cuidarse ellas mismas.
Para ello, se sirven de sus conocimientos ancestrales como pueden ser los masajes para averiguar la posición del bebé, las posturas y movimientos para ayudar al bebé a bajar en el momento del parto, o la utilización de distintas plantas medicinales y otros alimentos para tratar los dolores del parto.
También curan las náuseas y atienden la falta de fuerza de la madre para empujar, la recuperación de madre e hijo tras el parto. Pero además, enseñan a la madre a cuidarse transmitiéndole consejos prácticos relacionados con sus hábitos cotidianos.
LO MEJOR DE DOS MUNDOS
La Cruz Roja puso en marcha este proyecto con la capacitación de las 15 mujeres parteras en aspectos técnico-administrativos que les ayudarán a gestionar el centro de salud, también se inició la formación de otras 55 aprendices de parteras que garantizarían la continuidad de la labor y servirían de apoyo a las parteras con experiencia.
2003/CS/MEL