La metáfora resulta algo perversa, pero muchos medios la utilizaron. La ola que azotó el sudeste asiático provocó otra ola de solidaridad sin precedentes. Jeremy Hobbs, director de Oxfam Internacional, lo relataba así: «Por primera vez, las dimensiones de la respuesta a una emergencia se corresponden con las dimensiones de la catástrofe, y esto se está consiguiendo gracias a la generosidad sin precedentes de los ciudadanos de todo el mundo».
Seis meses después, las ONG siguen trabajando en el terreno, intentando cerrar las actuaciones de emergencia y abrir proyectos a medio y largo plazo que logren la sostenibilidad de la población, al menos en lo que se refiere a las necesidades básicas, de acuerdo con un informe de Canal Solidario.
La población afectada por el tsunami en el Sudeste Asiático necesitará una década para recobrar la normalidad. Esta estimación de Cruz Roja Internacional puede dar una idea de la fase inicial en la que todavía se encuentra la zona.
«La destrucción en Aceh es tan vasta que es difícil apreciar los avances que se están haciendo», señalaba recientemente un miembro del Servicio de Jesuitas al Refugiado. Porque el reto de las ONG y la población ha sido, hasta ahora, recuperar la normalidad, entendiendo ésta como asumir lo ocurrido y disponer de las herramientas necesarias para seguir viviendo.
Las prioridades continúan siendo el levantamiento de infraestructuras, lograr nuevos medios de subsistencia y mantener la alerta ante nuevos problemas, como la explotación infantil ante el gran número de huérfanos que dejó el tsunami.
Un problema, este último, que ya existía anteriormente y que se vio agravado por el desastre. Según Anesvad, más de un millón de menores sufren abusos sexuales en diversos países del Sudeste Asiático como Tailandia, Filipinas, Camboya, Vietnam y Laos.
Por ello, una de las primeras prioridades fue la reconstrucción de las escuelas para que los niños contasen con un entorno protegido. UNICEF, por ejemplo, ha destinado 90 millones de dólares para esta reconstrucción, en acuerdo con el Ministerio de Educación de Indonesia.
A finales de diciembre, Canal Solidario publicó un artículo con el trabajo que estaban realizando las ONG en todas las zonas afectadas. Seis meses después, estas organizaciones hacen balance del trabajo realizado y de todas las tareas que quedan pendientes, y también para que se conozcan los efectos concretos de uno de los mayores actos masivos de solidaridad que generó el tsunami.
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