La violencia contra las mujeres tiene que ver más con una condición cultural del poder ejercido por los varones desde hace siglos, que con la situación socioeconómica de los países, aseguró hoy la doctora Diva Estela Jaramillo, profesora e investigadora de la Universidad de Antioquia, en Colombia.
La especialista, de visita en la ciudad de Guadalajara, participó junto con la doctora Tulia María Uribe, también docente de la Universidad colombiana, en el foro: Mujeres, Violencia y Salud, organizado por la Universidad de Guadalajara (U de G).
Jaramillo, agregó que la violencia es un problema de todo el orbe; sin embargo, en algunos países es mayor y no precisamente por su condición precaria. Un ejemplo, es Japón, que aún cuando es considerada una nación desarrollada, registra los más altos índices de mujeres violentadas, con un 75 por ciento.
Ambas investigadoras realizaron un estudio en la comunidad de Medellín para determinar el porcentaje de mujeres maltratadas, los tipos de maltrato y, sobre todo, el proceso de cambio de la población femenina en una experiencia conyugal violenta.
En una muestra de mil 200 mujeres el problema de la violencia representó 25 por ciento, lo que indica que 300 de las consultadas en esa ciudad colombiana son agredidas de manera constante.
Del total de mujeres violentadas, sólo 14 por ciento busca ayuda o denuncia el maltrato.
Y es que la mayoría piensa que una situación así es normal en la relación de pareja, que su deber es soportarla, que merecen ser golpeadas o que lo primero es mantener unida a la familia, aunque sea en esas condiciones, reveló el análisis.
Por su parte, Tulia María Uribe mencionó que la agresión contra las mujeres también es sexual. Muchas se ven obligadas a tener relaciones sexuales cuando no quieren, o a tenerlas de manera diferente a su gusto o deseos.
JR/MEL
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