Inicio Solidaridad y sororidad, frutos de dos décadas de trabajo

Solidaridad y sororidad, frutos de dos décadas de trabajo

Por Lucía Lagunes Huerta*

Hoy hace una semana, la noticia de que las oficinas de CIMAC fueron allanadas y robado equipo con información importante para la organización, recorrió no sólo México sino más allá de nuestras fronteras.

En breves minutos las llamadas de solidaridad llegaron a nuestra oficina. Un común denominador existía entre todas: la preocupación por el atentado y por la integridad física de quienes colaboramos y hemos construido esta institución.

Para nadie este hecho significa un acto de la delincuencia común, por eso es mayor la preocupación. ¿De dónde viene el mensaje?, es la pregunta.

El que CIMAC haya sido agredido es un mal síntoma, advierten todas aquellas personas, periodistas, organizaciones de liberad de expresión, de derechos humanos, feministas de México, América Latina, España, Estados Unidos y Canadá.

Y es un mal síntoma, coinciden, porque refleja que en México los espacios de libertad y diálogo se están cerrando, que el autoritarismo y la mano dura están fortaleciéndose, atacando todo espacio de crítica y cuestionamiento. Pareciera que la frase es: «quien cuestione, está contra mí y hay que callarlo».

Periodistas y defensores de derechos humanos que han sobrevivido dictaduras advierten los síntomas de la sinrazón, de la prepotencia, de la soberbia del poder.

Soberbia que, desde la oscuridad, allana una agencia de noticias comprometida con los derechos humanos de las mujeres, con la democracia, la justicia con dignidad, para amedrentar las voces de quienes escriben en ella, acaso.

Ante la agresión que sufrimos hace una semana, nosotras también tuvimos una respuesta inmediata: seguir trabajando, haciendo lo que hemos hecho desde hace 20: años periodismo serio, profesional donde las mujeres transmitan su mensaje, defiendan sus derechos, exijan el castigo a sus violadores sin importar el uniforme de sus agresores o que ellas sean indígenas; continuamos diciendo al mundo lo que en materia de derechos humanos ocurre en México.

Hoy hace una semana golpearon nuestras puertas, hurgaron en nuestro cajones, robaron nuestros instrumentos de trabajo y el hecho sin lugar a dudas tendrá que se investigado a profundidad y aclarado a cabalidad porque así lo demandamos en CIMAC y con centenares de organizaciones y profesionales de la comunicación, defensoras y defensores de derechos humanos, por el bien de nuestro país y de nuestra ciudad.

Junto con la agresión también vino el abrazo enorme de la solidaridad y la sororidad. Sabían que CIMAC no se podía parar aún cuando no tuviéramos computadoras, por eso fue que nos ofrecieron el instrumento de trabajo para continuar y seguir de pie.

Sabíamos que no estábamos solas. Dos décadas de trabajo bien hecho da frutos. Hoy lo constatamos, sabemos que estamos en la mira internacional y nacional, que miles de ojos nos siguen para saber lo que pasa con nosotras para protegernos y cuidarnos.

Nosotras seguimos de pie.
* Directora Ejecutiva de Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC).

08/LLH/GG

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