Para contribuir a mejorar las condiciones de salud sexual y reproductiva e impulsar una vida libre de violencia a través del fortalecimiento del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos desde un enfoque intercultural y con perspectiva de género entre indígenas de localidades de alta y muy alta marginación, se realiza el proyecto Atención Integral en Salud Reproductiva y Violencia Familiar en Comunidades Indígenas de Municipios de Alta Marginación.
En él participan el Consejo Estatal de Población de Hidalgo (Coespo), en coordinación con la Secretaría de Salud estatal.
Esta capital estatal será sede en agosto próximo de la reunión de grupos técnicos interinstitucionales de los estados de Chiapas y Puebla, donde también se realiza el proyecto, además de Hidalgo.
Compartirán experiencias y el fortalecimiento de estrategias de intervención con el grupo técnico nacional integrado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas, Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva, y el Consejo Nacional de Población.
En Hidalgo durante dos años, informó el Coespo, se ha acudido a las comunidades de Pahuatlán (Huejutla), Ohuatipa e Ixtaczoquico (Xochiatipan), Tlalchiyahualica (Yahualica) y Ahuatitla (San Felipe Orizatlán), respectivamente.
Para 2012 la estrategia se ha desarrollado en la zona otomí-tepehua, entre la población indígena residente de las localidades de San Pablo, Tenango de Doria, San Andrés, en San Bartolo Tutotepec, y San Ambrosio en Huehuetla.
México ocupa el octavo lugar en el mundo y el primero en América Latina entre los países con mayor número de pueblos indígenas. Casi 10 diez millones de personas residen en hogares indígenas, lo que representa cerca de 10 por ciento de la población total.
En Hidalgo en 2010, según el Coespo, había 2 millones 118 mil 200 personas que hablaban español y ninguna lengua indígena, y 369 mil 549 personas hablantes de una lengua indígena, quienes representaban 14.81 por ciento de la población hidalguense.
Más de 217 mil personas, de ellas 107 mil 533 hombres y 110 mil 320 mujeres, hablaban el náhuatl y residen principalmente en los municipios de Huejutla de Reyes, San Felipe Orizatlán, Xochiatipan y Yahualica.
Las cifras del Coespo señalan que "el promedio de hijos nacidos vivos de las mujeres de 15 a 49 años fue mayor entre las mujeres indígenas que hablan náhuatl que entre las no indígenas. Las primeras registraron 2.7 hijos nacidos vivos, mientras las no-indígenas 1.9".
De entre las mujeres jóvenes indígenas de 15 a 19 años de Hidalgo, y que hablaban náhuatl, tenían al menos un hijo nacido vivo, es decir, el 16.1 por ciento.
Según se informó, se han realizado tres talleres sobre el ejercicio de los derechos en la prestación de los servicios de salud sexual y reproductiva con enfoque intercultural y género, dirigidos al personal de salud de la región otomí-tepehua, y el taller de fortalecimiento en habilidades de promoción dirigido a promotores comunitarios y brigadistas de esta misma región.
Para las parteras tradicionales se ofreció un taller sobre la atención del parto limpio con enfoque intercultural y de género.
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