En medio de la palabra desafuero, está la pugna por la Presidencia de la República, está el desinterés por los verdaderos problemas que aquejan a la sociedad como la inseguridad, el desempleo, la violación a los derechos humanos, y tantas modalidades que amenazan a la raza humana sobre todo a quienes menos elementos tienen para defenderse, la niñez y la juventud.
Permítame adentrar en una problemática de la modernidad, que tiene que ver con los medios del ciberespacio, la red de la Internet como una herramienta de propagación de conductas suicidas entre las y los jóvenes.
Esta red se ha convertido en un medio para incitar a jóvenes a cometer actos de suicidio, las generaciones de hoy, se aíslan cada vez más de su entorno social y familiar, y conviven cada vez más en la Internet que en sus comunidades.
Entre la juventud de nuestros días se fomentan las ideas suicidas, sus intentos y los actos de terminar con la vida personal puesto que proliferan portales en la red que son aptos para aspirantes a suicidas, en los que se intercambia libremente información sobre lugares y técnicas para morir en grupo.
Por ello, no es de sorprenderse que jóvenes en estado depresivo, que según estudios de la OMS a nivel mundial 1 de cada 5, recurran a la red para aislarse cada vez más y busquen maneras de terminar con su vida.
Existen portales que explican paso a paso cómo cometer suicidio, desde métodos hasta dosis exactas para hacer que ciertos medicamentos resulten fatales. Lo alarmante es el número de seguidores de estos sitios de Internet, algunos cuentan con una suscripción de más de 8 mil usuarios.
Profesionales de la psicología advierten sobre los riesgos de dichos portales puesto que muchas de las y los jóvenes que visitan estos sitios lo hacen con curiosidad más que con la idea de realizar algún acto suicida.
Sin embargo, cuando se mezclan con las condiciones psicológicas, familiares y emocionales como la desintegración familiar, e incluso el abuso intrafamiliar, así como el aislamiento, la imposibilidad de alcanzar metas, y la baja autoestima, o bien, el uso de drogas y alcohol, los resultados son fatales.
Según cifras del INEGI el suicidio es la séptima causa de muerte en niños entre 5 y 14 años de edad, y la tercera causa entre las y los adolescentes. Entre 2001 y 2002, en el Distrito Federal hubo 269 suicidios en niños y niñas adolescentes, mientras que a nivel nacional la cifra alcanza dimensiones de más de 3 mil casos de los cuales el 8% corresponde a menores de 15 años.
Desde la tribuna del Senado, hice un exhorto a la Unidad de la Policía Cibernética y Delitos contra Menores, así como al grupo de coordinación institucional de Combate a Delitos Cibernéticos, encargados de establecer las estrategias y pautas a seguir en la tarea de vigilar las actividades ilegales en Internet, para tomar en consideración este nuevo fenómeno que sin duda preocupa a la sociedad, más que las campañas a favor y en contra del desafuero que es lo que está acaparando la atención en los medios de comunicación por la pugna con debates tanto jurídicos como políticos, que existe entre el Presidente Vicente Fox y el Jefe de Gobierno AMLO.
Pocas cosas son más lamentables para un país que el incremento de conductas autodestructivas en el seno de su juventud como las que encuentran su máxima y más desastroza expresión en el suicidio. Prevenir es actuar a tiempo.
*Senadora e integrante de la Comisión de Equidad y Género y de la Comisión Especial que dará seguimiento a los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez.
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2005/LS/LR
