Con el fin de promover la urgente necesidad de contar y promover métodos de prevención del VIH/Sida que afecta principalmente a las mujeres, se dio a conocer el surgimiento de la Coalición Global de Mujeres y Sida, en Londres, Inglaterra.
La iniciativa busca que las mujeres del mundo puedan acceder y controlar métodos de prevención y protección, tales como condones femeninos y microbicidas, informa el portal elmundosalud.
Emma Thompson, embajadora de la organización Acción contra el VIH/Sida (ActionAid, por sus siglas en inglés), es una de las integrantes del Comité coordinador de esta coalición, que agrupa a activistas de muchos países de todas las religiones y culturas.
También forman parte Mary Robinson, ex presidenta de Irlanda y ex relatora de derechos humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como Peter Piot, director de UNAIDS, el Programa para el VIH/Sida de Naciones Unidas, y la coordinadora de ActionAid en Kenia, Ludfine Anyango.
La coalición se centrará en la mujer porque, como ha señalado el Comité, es una víctima vulnerable, ya que muchas veces es contagiada por su pareja dentro del matrimonio, sin que pueda hacer nada para evitarlo.
En África, las mujeres son contagiadas por el virus del VIH/Sida dos veces más que los hombres, en tanto que cuatro de cada cinco mujeres en países pobres no tienen suficiente información sobre esta enfermedad.
Para Anyango, enferma de VIH/Sida desde hace ocho años, «esta Coalición no es otro experimento burocrático sino que es flexible y aporta esperanza».
Además «todos los hombres que quieran colaborar son bienvenidos», como indica Peter Piot, quien dijo «hay que educar tanto a mujeres como a hombres sobre su papel en la relación, para erradicar el machismo».
Uno de los objetivos de la Coalición es coordinar a todas las mujeres con cargos en empresas y en Gobiernos para que tomen medidas contra el VIH/Sida.
De igual forma, pretende conseguir que los Parlamentos en todo el mundo reconozcan los derechos de herencia de las mujeres, para que no se queden en la indefensión económica cuando sus maridos mueren de VIH/Sida y también que promulguen leyes contra el maltrato.
En definitiva, se trata de ofrecer recursos a las mujeres para que, en palabras de Thompson, «tengan jurisdicción sobre su cuerpo».
2004/BJ/GV
