Inicio Tabasco: las y los refugiados guatemaltecos, enfermos y con hambre

Tabasco: las y los refugiados guatemaltecos, enfermos y con hambre

Por Cecilia Vargas/corresponsal

(CIMAC).- El Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR) dio fe el pasado lunes de que por lo menos 163 personas guatemaltecas, expulsadas la semana pasada por el Ejército de ese país, en su mayoría mujeres, niñas y niños, permanecen refugiados en Nuevo Progreso, Tenosique, Tabasco.

Informó lo anterior Fernando Ríos, del Comité de Derechos Humanos de Tabasco (Codehutab), quien mencionó que esa organización civil ha registrado alrededor de 30 personas más, por lo que considera que son alrededor de 200, de las cuales aproximadamente la mitad pernocta en Nuevo Progreso, ya que los demás van y vienen, a pesar de la advertencia que el Ejército guatemalteco les ha dejado en Nueva Esperanza.

Fernando Ríos, quien junto con el abogado Efraín Rodríguez León, asesor jurídico de Codehutab, acompañó a la delegación de ACNUR el lunes y de nuevo realizaron una visita el martes pasado para llevar ayuda humanitaria de Cáritas, expresó la preocupación de esta ONG porque desde la concepción del Alto Comisionado de la ONU estas personas refugiadas no se encuentran en estado vulnerable.

La respuesta de Codehutab fue, afirmó Fernando Ríos, que ese organismo de derechos humanos difiere de esa postura, tomando en cuenta que la mayoría de los refugiados son mujeres y niños, muchas de ellas están solas, pasando hambre, durmiendo casi a la intemperie, con varios enfermos.

Además de la situación de miedo e incertidumbre en la que permanecen después de que el Ejército guatemalteco les quemó sus viviendas, los alimentos que muchos ya habían recogido o sus cosechas, provocando la huída despavorida de las familias hacia la zona fronteriza de México para buscar refugio.

Según información de las personas refugiadas que atraviesan la frontera, la comunidad quedó devastada, pero a pesar de ello 19 familias, algunas con sus hijas e hijos, han regresado para instalarse en el lugar, usando plásticos y palos quemados como refugio, con la esperanza de levantar la cosecha de lo que quedó de sus siembras o porque siguen trabajando en Guatemala y otros han buscado empleo en el lado mexicano, afirmó Fernando Ríos.

Las personas que cruzan a Guatemala afirmaron a los representantes de Codehutab que entre los restos de las chozas quemadas hay un mensaje que dice: «Si 20 veces entran, 20 veces los vamos a sacar; y si cien veces entran, cien veces los vamos a sacar». Supuestamente la comunidad Nueva Esperanza se encuentra en una zona en la que se pretende un desarrollo ecoturístico.

ENGAÑOS DEL INM

La visita del martes a Nueva Esperanza fue una experiencia dolorosa, expresó el defensor de derechos humanos, porque las y los refugiados afirmaron que elementos del Instituto Nacional de Migración, en una especie de redada y con engaños, los llevaron a Tapachula y no al Ceibo (punto fronterizo también con el estado de Tabasco).

Una señora de 22 años relató que fue trasladada a Tapachula con sus cuatro hijos, uno de ellos de brazos, separándola de su marido. Y narró los trabajos que pasaron para regresar a Nuevo Progreso.

Fernando Ríos mencionó que durante la visita del martes, Efraín Rodríguez León acompañó al médico tabasqueño Ángel Ponce, quien de manera humanitaria está prestando sus servicios a las personas refugiadas, y reportó que hay 42 personas enfermas de parasitosis, síndrome febril, rinofaringitis, prurito por insectos, dermatitis, micosis, faringitis o gastritis.

Las familias de Nuevo Progreso, afirmó el encargado del área de educación de Codehutab, han proporcionado ayuda, pero muy limitada, ya que también es una comunidad muy pobre.

Codehutab informó de la situación a agrupaciones civiles, como Sin Fronteras, Servicio Jesuita Migrantes-México, Centro de Derechos Humanos Agustín Pro Juárez, Red de Derechos Humanos Todos los Derechos para Todas y Todos, Centro de Derechos Humanos Fray Matías de Córdova y otros más.

La intención es dar a conocer la situación de las y los refugiados guatemaltecos, quienes necesitan protección legal, pues algunos quieren pedir asilo político, o humanitaria. Señala Codehutab que se encuentran en un estado de vulnerabilidad, en extrema pobreza, sin casa, alimentos ni tierra. Y, aunque «están sacando fuerzas para salir adelante», no podrán vivir así por mucho tiempo. Quienes regresen a Guatemala, puede ser que se sumen a la población indigente.

Por último, el representante de Codehutab afirmó que hasta el momento no tiene conocimiento de que el gobierno de Tabasco o el municipal hayan aportado ayuda alguna a estas personas refugiadas. Por su parte, ACNUR entregó un cheque de 5 mil pesos a la gente que está ayudando, para la compra de frijol, arroz y maíz, pero es muy poco, aseguró.

08/CV/GG

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