El temor al rechazo, a las represalias y la prohibición de muchos líderes religiosos, en el área rural, han contribuido a que sólo el 30 o 40 por ciento de las mujeres guatemaltecas denuncien los casos de violación y agresión sexual, a pesar de que el problema afecta a cientos de mujeres, indicó el sexólogo Mauricio Aquino.
Aunque la Fiscalía de la Mujer, recibió el año pasado 331 denuncias de abusos y 906 por violación, estas cifras no son el total de los casos que suceden en Guatemala, puesto que sólo representan al 40 por ciento de las víctimas.
A decir del especialista, la mayoría de las afectadas se resiste a buscar ayuda por diversas causas, siendo las más comunes el temor y los prejuicios que existen en la sociedad guatemalteca, en especial en las áreas rurales, donde la sexualidad es un tabú, señala un reportaje de la Revista Amiga de Prensa Libre.
Aquino añadió que en Guatemala persiste la cultura de la «virginidad» y si una joven o niña ya ha tenido relaciones sexuales con o sin su consentimiento, «ya no vale nada para la sociedad», por lo que quienes han sido abusadas sexualmente tienden a ocultarlo.
Por su parte, Hilda Morales, Embajadora de Conciencia, indicó que otro de los obstáculos para las víctimas es el deficiente sistema de justicia, ya que a pesar de que en muchas ocasiones las mujeres presentan sus denuncias y pruebas de las violaciones, los casos quedan en el olvido y en la impunidad.
Morales y Luis Carlos De León, psiquiatra forense, coincidieron en que las principales deficiencias en los procesos legales por violación son que no se ha tipificado el delito de violación por parte del esposo, que el Ministerio Público cuenta con un sólo psiquiatra para toda la República de Guatemala y que cuando se hace la denuncia se pregunta si se desea llegar a un arreglo económico en privado, situaciones que deben erradicarse.
El reportaje cita también el estudio elaborado por la Encuesta de Salud Materno Infantil 2002, que subraya que en casi la mitad de los casos de violación, los abusadores son familiares o amigos de confianza.
2005/SJ
