Esta ciudadanía no es la misma que hace 20 años, cambió. Hoy exige y debate, quiere mayores instrumentos para evaluar a quienes la representan, necesita mecanismo para castigar a quien no cumpla con su trabajo. Por eso hoy inició un debate seguir votando por el menos malo y mantener el status quo o anular su voto y mandar un mensaje político a los partidos y el sistema político mexicano. Sin duda nada fácil la decisión.
Algunos creen que esta decisión es porque la ciudadanía, mujeres y hombres concretos, no distinguen ideológicamente de un partido a otro, y que por eso el mensaje no llegará a quienes se quiere. Será curioso, tras la decisión de la anulación del voto hay una reflexión profunda de por qué tachar la boleta por completo.
Nada fácil es la decisión, porque sabemos que la derecha está en el poder, lo cual no quiere que decir que esté en un solo partido, aunque mayoritariamente se incluya en el blanquiazul.
Si analizamos las votaciones con que modificaron las constituciones estatales y eliminaron el derecho de las mujeres a decidir libre y voluntariamente su maternidad, hay de todo: mayormente albiazul y tricolor, pero todos sacaron al conservador que llevan dentro.
Sabemos la ciudadanía que no todos los partidos son iguales, sabemos de las ideologías distintas, sin lugar a dudas pero, como decía un maestro de Ciencia Política, a la ideología hay que cruzarle la praxis, ya que puede tener buen argumento, pero en la práctica ser un mercenario de la política.
De eso estamos hartos de las prácticas políticas que han hecho un territorio único y exclusivo de la burocracia partidaria, donde la ciudadanía ha quedado excluida, sin posibilidades de interpelación. Cuando en 2002 en la Cámara de Diputados la comisión de Hacienda decidió reasignar el presupuesto aprobado en el pleno y entregarle a Provida 30 millones de pesos, no pasó nada.
Pese a que las organizaciones sociales documentaron la ambigüedad en la normatividad legislativa, dejando a discrecionalidad de la negociación entre los partidos, nadie fue castigado, se entregaron 30 millones del erario público, violando todas las leyes a una organización que trabaja contra las normas y leyes de este país. Nadie fue castigado, por el contrario, Luis Pazos, presidente de la comisión de Hacienda en 2002, fue promovido para seguir su vida de funcionario en Banobras y ahora en la Condusef.
Después de 1988 la ciudadanía no es la misma, es más conciente de su lugar en esta construcción de la llamada democracia. Esta ciudadanía que hoy propone anular el voto es la que hace 20 años se organizó en los comités vecinales para la promoción del voto, cuando la candidatura de Cuahutémoc Cárdenas. Fueron, por ejemplo, representantes de casilla.
Desde hace 20 años la ciudadanía ha lucha contra la abstención, ha llamado a votar por uno o por otro partido y/o su candidato, se ha sumado a plantones, mítines, etcétera.
Para no ir más lejos, ahí están los mítines de hace tres años, las familias llenando el Zócalo, sumándose a una corriente ideológica, que luego llevó a los plantones de Reforma. Esa ciudadanía activa es la que hoy se cuestiona la efectividad de su voto para el cambio, del voto para que se legisle a favor de la mayoría, sin que esto suceda.
Ahí también están las feministas, quienes durante estas dos décadas se sumaron a la construcción ciudadana de la política y que han sido relegadas de los partidos, con un maltrato para sus lideresas, con un desprecio para el movimiento y sus diferentes expresiones. Y, en el colmo, en estas elecciones, además de acordar suplencias, al momento del registro de candidaturas se olvidaron de ello y colocaron en su lugar a una mujer de la estructura partidaria del PRD.
Por ello digo que la decisión no es fácil, pero es necesario mandar una vez más un mensaje a la clase política de que ellos viven gracias al voto nuestro y que si quieren tenerlo, además de una ideología necesitamos una práctica política congruente, sobre todo a la izquierda de este país, por quien muchas y muchos apostamos durante años.
* Periodista y feminista mexicana, Secretaria Ejecutiva de Comunicación e Información de la Mujer AC (CIMAC).
09/LLH/GG
