El diputado Cuauhtémoc Sandoval, en nombre de los grupos parlamentarios que integran el Frente Amplio Progresista (FAP), expuso ante la Comisión Permanente en el Senado de la República «la extraña salida» del país de Amerigo Incalcaterra, representante de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.
Indicó en su discurso ante la permanente que en las últimas semanas se han publicado en la prensa nacional, en la europea y en la neoyorkina, la versión de que el Gobierno de Felipe Calderón le solicitó a la señora Louise Arbour, Alta Comisionada de Naciones Unidas para Derechos Humanos, quien recientemente visitó nuestro país, la solicitud de retirar al representante en México de la Oficina de Naciones Unidas para Derechos Humanos, Amerigo Incalcaterra.
El Diputado del sol azteca denunció que se ha especulado sobre los motivos que llevaron al Gobierno de Calderón a solicitar la salida de este representante de la ONU. Se dice que Incalcaterra habría expresado sus dudas sobre las elecciones del 2006, que planteó y respaldó el informe de Human Rights Watch (HRW) sobre la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), criticó las violaciones a los derechos humanos cometidos por el Ejército en la lucha contra el narcotráfico, entre otros asuntos.
Incalcaterra se habría convertido en «un dolor de cabeza» para Calderón al respaldar el informe de HRW sobre la CNDH, donde se cuestiona el desempeño de la institución mexicana, señalando que protege a funcionarios abusivos.
EL INFORME
El informe de HRW califica como decepcionante la labor del organismo, critica los recursos excesivos con los que cuenta, ya que los considera superiores a los de cualquier oficina de Ombudsman en América Latina y de los más grandes del mundo. Con ellos, dice, se podría hacer mucho más de lo que actualmente realiza.
Por otro lado, el mismo informe reprocha a la CNDH no impulsar a las instituciones del Estado a reparar los abusos que ha documentado, no promover reformas legales, no objetar leyes, políticas y prácticas contrarias a estándares internacionales, no relacionarse constructivamente con actores clave en la defensa de los derechos humanos y no actuar con transparencia.
Finalmente, el diputado Sandoval puntualizó que aunque el Gobierno de Felipe Calderón no admite haber solicitado la salida de Incalcaterra a la Alta Comisionada Louise Arbour, todo apunta que así fue.
INCERTIDUMBRE
Por otra parte, el proceso de renovación del Consejo Consultivo de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) continúa en suspenso, pues la reunión convocada para el pasado 14 de mayo en la sala «Ramos Arizpe» de la H. Cámara de Senadores, con el fin de desatorar dicho proceso, no se llevó a cabo.
Sólo se presentaron la senadora y presidenta de la Comisión de derechos humanos Rosario Ibarra, la senadora Martha Sosa Govea, y los senadores Máximo Zalvidea y Fernando Eutimio Ortega, por lo que no se pudo llevar a cabo la reunión, ya que se necesitaban seis integrantes para hacer quórum.
De esta forma, la sustitución de dos lugares, ocupados por dos consejeras puede concluir con su ratificación, lo cual respondería a los intereses de José Luis Soberanes, como han señalado defensores de los derechos humanos, como Sergio Aguayo Quezada.
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