La Premio Nobel de la Paz Rigoberta Menchú Tum pidió a los gobiernos tomar en cuenta la palabra de los pueblos y comunidades indígenas, y sostuvo que hoy es tiempo de que sean éstos quienes convoquen para que la autoridad escuche y tome en cuenta sus propuestas.
Durante la apertura de la Primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas, que inició anoche y concluirá el 4 de diciembre en esta ciudad, Menchú Tum recordó que desde hace más de 20 años inició la lucha por el reconocimiento de los pueblos indígenas ante la Organización de Naciones Unidas (ONU).
«Hoy queremos que las autoridades nos miren de frente y nos den recursos», pues las indígenas ya no deben ser miradas como las más pobres, las sumisas, las que dan lástima, las que no levantan la mirada, expresó ante representantes de organismos intergubernamentales.
Sostuvo que las instancias gubernamentales son culpables del paternalismo, el cual en muchas ocasiones lleva a crear rencores, odios y la destrucción de los pueblos indígenas.
Asimismo, denunció que los acuerdos y acciones que se pretendieron crear durante la llamada década de los indígenas y que termina en el 2004, no son importantes para las grandes empresas, además de que no trascendieron más allá del ámbito de las Naciones Unidas.
Durante más de 30 minutos, Menchú expuso las pretensiones de la Cumbre, los obstáculos y las esperanzas de este encuentro interamericano en el que participarán más de 250 representantes de pueblos indígenas del continente.
En tanto, la directora ejecutiva del Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (Unifem, por sus siglas en inglés), Noeleen Heyzer, habló de los derechos de las mujeres indígenas en el contexto de la globalización.
Afirmó que en algunos países, la globalización ha generado espacios para que productores y empresarios locales accedan al mercado internacional, mientras que en otros ha profundizado inequidades e inseguridades ya existentes, «que muchas veces han significado la pérdida de modos de subsistencia, derechos laborales y beneficios sociales».
«Más de 1.2 billones de personas viven hoy en la más abyecta pobreza, las mujeres son la mayor parte de los más pobres del mundo. Más de 211 millones de personas, o sea el 44 por ciento de la población de Latinoamérica, vive en condiciones de pobreza, de acuerdo con estadísticas de la Cepal», puntualizó.
Dijo además que en México, como en el resto de América Latina, las mujeres contribuyen a la economía global tanto en los sectores formales como informales, como productoras y gerentes, a través de su trabajo no remunerado en los negocios familiares.
«Las mujeres también proveen el trabajo para la economía doméstica como productoras de bienes gratuitos y servicios para los hogares», expuso.
En tanto, el gobernador de Oaxaca, José Murat, dijo que las mujeres «promueven con mayor firmeza el cambio social» porque «ustedes buscan dar a sus hijos las oportunidades de vida que les negaron las políticas neoliberales» derivadas del sometimiento a las políticas dictadas por organismos financieros internacionales.
Responsabilizó al Fondo Monetario Internacional, al Banco Mundial y a «los gobiernos neoliberales de este continente americano» de «incrementar y profundizar la pobreza para garantizar la ganancia especulativa privada e incrementar la deuda social con millones de latinoamericanos».
Por su parte, la responsable de la oficina presidencial para el desarrollo de los pueblos indígenas, Xóchitl Gálvez, en representación del presidente Vicente Fox, aseveró que en México la sociedad y el gobierno reconocen la deuda acrecentada que existe para con ese sector de la población.
Mencionó que muchos de los rezagos se concentran en las inadmisibles cifras de mortalidad materna, cáncer de mama y cérvico uterino, enfermedades gastrointestinales y respiratorias, que se presentan especialmente en las mujeres y los niños y niñas indígenas como cobro y efecto de la pobreza y la marginación.
Sin embargo, apuntó que el gobierno de la República estará atento a las propuestas que se alcancen en esta Primera Cumbre, para hacer lo que le corresponda.
La Primera Cumbre de Mujeres Indígenas de las Américas, que concluirá el próximo 4 de diciembre, inició anoche con un ritual de purificación oficiado por dos mujeres y dos hombres indígenas de Guatemala, en el que participaron todos los asistentes.
En medio de un respetuoso silencio, las y los oficiantes, ataviados con vestimentas tradicionales, con grandes caracoles, una tambora y una flauta de cerámica, se instalaron frente a un altar con frutas, en el cual había una cruz de flores blancas y rojas, y en cada uno de sus extremos una vela de diferente color.
En la inauguración también estuvieron presentes la directora general del Instituto de la Mujer Oaxaqueña (IMO), Norma Reyes Terán, y el vicepresidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Dennis Flannery.
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