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Trabajo doméstico, principal actividad económica de niñas

Por Gladis Torres Ruiz

En el mundo el servicio doméstico representa la principal actividad económica para las niñas menores de 16 años, indican diversas investigaciones, y en muchos casos también es la única alternativa profesional de las mujeres para lograr sobrevivir, señala la organización Save the Children.

En su informe «Esclavos puertas adentro: Las peores formas de trabajo infantil doméstico», la organización internacional señala que en lo que se refiere a trabajo infantil, la cuestión de género es especialmente evidente, ya que las niñas comienzan a trabajar a una edad más temprana, desarrollando las tareas del hogar como una extensión de su desarrollo como personas.

En muchos países, «el trabajo doméstico es visto por los padres como una preparación para el matrimonio, por lo que esta actividad, al contrario que la mayoría de las demás formas de trabajo infantil, se considera beneficiosa y una alternativa válida a la escolarización».

Por eso en ninguna otra forma de trabajo infantil se concentra una cantidad similar de niñas. «Normalmente las y los menores de edad empleados en el servicio doméstico suelen provenir de familias pobres. Las edades varían entre los 6 y 17 años y la mayoría son niñas», dice Save the Children.

Aunque en algunos países los niños también ejercen el trabajo doméstico, en general las niñas son particularmente vulnerables, hecho que se hace más evidente en América Latina. En Brasil, por ejemplo, una investigación llevada a cabo en 2002 en el municipio de Recife muestra que el 94.5 por ciento de los menores de
17 años trabajando en el ámbito doméstico eran niñas.

De igual manera, aunque en Guatemala existe el doble de niños que de niñas trabajando, el 90.4 por ciento de los menores de edad trabajadores domésticos son niñas.

El documento de Save the Children indica que la mayoría de estas niñas trabajadoras provienen de familias pobres, que la mayoría de las veces también son familias desintegradas. «En muchos casos son familias monoparentales y es muy frecuente que las madres fueran también trabajadoras domésticas antes de cumplir los 18 años».

Señala que otra característica común de estas niñas trabajadoras es la escasa educación, ya que durante su vida como trabajadoras domésticas no van a la escuela, aunque a menudo tampoco recibieron ningún tipo de educación antes de empezar a trabajar.

NIÑAS, ESCLAVAS DEL HOGAR

Me gustaría estudiar. La vida no puede ser sólo lavar la ropa y la vajilla. Quiero ir al colegio, son las palabras de Koli, una niña de 16 años procedente de Sundarban, al oeste de Bengala, India, quien jamás ha ido a la escuela.

Entre los múltiples factores que hacen que las niñas se empleen en las labores domésticas se encuentran la pobreza y su feminización, la exclusión social, la falta de educación, la discriminación de género y étnica, así como la violencia familiar, señala Save the Children, además de que las niñas, son empujadas hacia este tipo de empleo por la percepción del trabajo doméstico como un «trabajo de mujeres».

La organización no gubernamental denuncia que a pesar de que el trabajo infantil doméstico ha existido durante muchos años, no suele tenerse en cuenta en el control y el discurso públicos referidos a la violencia contra la infancia.

«La noción popular de que el trabajo infantil en el hogar representa una ocupación totalmente inofensiva, ha hecho que las situaciones de abuso y negligencia hacia las niñas y los niños empleados domésticos no hayan sido tratadas de una forma preactiva y eficaz», argumenta Save the Children.

Esta falta de apoyo está probablemente alimentada por la percepción común de que las y los menores de edad empleados en ambientes familiares no sufren abusos. También está fomentada por la creencia popular de que sus empleadores ejercen toda una labor de caridad y filantropía frente a las y los niños y sus familias al proporcionar techo y comida a menores de edad que proceden de un entorno marcado por las carencias y la pobreza.

«Como consecuencia de esto, la violencia a la que se enfrentan estas niñas y niños a menudo permanece oculta e ignorada», dice el texto. En el mundo alrededor de 40 millones de niñas y niños trabajan en el servicio doméstico, siendo este la primera ocupación para las niñas trabajadoras de menos de 16 años.

Cerca de 10 millones de niñas, niños y adolescentes, muchos con apenas 10 años o incluso menos, trabajan ocultos en las viviendas de sus empleadores sin que sus actividades puedan, en la mayoría de los casos, ser controladas. «Muchos de ellos son auténticos esclavos sin ningún tipo de derechos», enfatiza Save the Children.

08/GT/GG

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