Una guerra que se libra en el cuerpo de las mujeres
México, DF 20 abr 10 (CIMAC).- El 9 de septiembre de 2008 Yoset, una niña de 14 años de edad salió como siempre de su casa para acudir a la secundaria en Apopan, Municipio del Ángel en San Salvador, nunca llegó a su destino, ese mismo día encontraron su cuerpo sin vida, las autoridades no hicieron más investigación, «las maras la habrían matado», dijeron y el caso se cerró.
Como Yoset en El Salvador muchas mujeres pierden la vida, tan sólo en 2009, 581 fueron asesinadas en ese país, un 200 por ciento más que hace una década, sin que hasta ahora se haya aclarado ningún crimen.
Carolina Viera de 24 años de edad, fue asesinada el fin de semana por su pareja sentimental, el campeón venezolano de boxeo Edwin Valero, pese a que en marzo pasado ella había denunciado las agresiones.
Las medidas adoptadas por las autorices fue colocarlo en un tratamiento por problemas de alcohol, después de haber estado en la cárcel por maltrato contra Carolina. ¿Como sería hoy la historia si se hubieran tomado medidas de seguridad para la víctima?, y ¿si a él se le hubiera alejado de ella?
La mayoría de las mujeres asesinadas ya tenían denuncias previas de maltrato. Edwin Valero, después de confesar el homicidio de su esposa se suicidó esta madrugada en su celda. Los hechos sucedieron en Valencia, España.
En Quintana Roo, una niña de 10 años es obligada por las autoridades a ser madre de un hijo producto de la violación de su padrastro, la Ley no la protege porque sus legisladores el año pasado cambiaron la Constitución para garantizar la vida desde la concepción, prohibiendo el aborto y persiguiendo a las mujeres.
Tres países, tres realidades distintas, tres historias comunes, mujeres violentadas por hombres, asesinadas, violadas mujeres que no son protegidas por sus estados, sus gobiernos ni sus autoridades.
Mujeres que no son protegidas que son las víctimas de una guerra que se libra en sus cuerpos como campos de batalla.
«Lo difícil es ver que no hay edad para que nos arrebaten la vida, no importa que sea madre, niña, abuela, somos agredidas en la casa en las escuelas, en la parada de buses, en una institución gubernamental, donde se supone que las mujeres podamos estar seguras, se vuelve tan doloroso vivir…» concluye Teresa tía de Yoset, durante su testimonio con periodistas salvadoreñas y mexicanas.
Mientras la impunidad impere en el mundo cuando exista violencia contra las mujeres estas historias se seguirán reproduciendo.
Cómo lograr construir el camino para la justicia, cómo construir instrumentos efectivos y eficaces para que las mujeres accedan a la justicia, esta pregunta intentan responder expertas de 26 países quienes en el marco de la revisión del Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional (CPI), se encuentran en Puerto Vallarta en el Diálogo Internacional sobre Justicia para las Mujeres.
Pero no es cualquier revisión, es la ampliación de la jurisdicción de la CPI, la cual adoptará como crimen la agresión, lo cual permitiría incluir las agresiones de género dentro de la CPI, a esto se suman las distintas resoluciones del consejo de seguridad de la ONU, desde la histórica 1325 donde explica la necesidad de la participación de las mujeres en las negociaciones de paz, hasta la 1888 del año pasado, donde la ONU mandata a las fuerzas de paz proteger a las mujeres y niñez de todo tipo de violencia sexual durante los conflictos.
Porque toda guerra que se declara, pasa por el cuerpo de las mujeres como botín, de ahí que desde el feminismo se reconozca el valor de la paz. La reflexión que resulte de este Diálogo Internacional sobre Justicia para las Mujeres, sin duda será trascendente para construir la paz con justicia y dignidad.
* Periodista mexicana directora general de CIMAC
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