Para mujeres de 15 a 44 años de edad la violencia familiar representa casi un año de vida perdido por cada cinco de vida saludable, según un reporte de la organización Años de Vida Ajustados según Discapacidad (AVAD).
Además de ello la violencia intrafamiliar entorpece a las mujeres para incorporarse a la vida productiva en los ámbitos de desarrollo social, político y económico; debido a que limita su libertad, sus movimientos y daña su dignidad.
De acuerdo a este estudio de AVAD, cuando se ejerce violencia contra la mujer, solamente se denuncian entre 15 y 20 por ciento de los casos.
Tan sólo en el primer trimestre de este año la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF), por medio de la Fiscalía de Procesos de lo familiar, informó 113 averiguaciones previas por violencia intrafamiliar de las cuales en 96 por ciento de los casos los hombres son los que ejercen la violencia contra la mujer.
El impacto que tiene la violencia en la salud de las mujeres puede ser de consecuencias graves, hasta llegar incluso a la muerte o a la discapacidad cuando están en edad reproductiva, señala el estudio.
Esto debido a los golpes que reciben, las hematomas, las fracturas, la pérdida de capacidad auditiva, el desprendimiento de retina, las enfermedades de trasmisión sexual o los abortos que les provocan; incluso hasta la muerte, además del estrés crónico que a su vez puede derivar en enfermedades como diabetes, asma, hipertensión y obesidad.
Las mujeres que no mueren a causa de los golpes recibidos por su pareja se quedan con secuelas sicológicas crónicas que se manifiestan en temores prolongados, inseguridad, fobias, autoestima baja, poca capacidad para protegerse, buscar ayuda y, sobre todo, para denunciar.
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