Inicio Una Senadora en busca de sociedad para actuar

Una Senadora en busca de sociedad para actuar

Por Sara Lovera

Estaba contenta. Sonreía. Al final levantó el brazo izquierdo en señal de energía y convicción, la misma de hace 25 años cuando inició una lucha cotidiana en la organización de las madres de los desaparecidos. Nada la cansa ni la hace retroceder.

Años de aprendizaje. De espera en las salas de burocráticas y en las redacciones de los diarios para que su voz fuera escuchada, años de movilizaciones sin tregua.

Ella, la mujer que será senadora de la República pidió, gritó: «no sé de leyes, pero ustedes no me fallen, no me dejen sola». Los aplausos no se escatimaron.

La audiencia la homenajeó, la reconoció y en la sala corría un hilo de esperanza en momentos aciagos. La esperanza de que hay voces que no se arrendran. Y eso, entre otras cosas es el periodismo comprometido reconocieron todas y todos, un puñado de quienes creen que no todo en la vida es simulación.

Sí. Era Rosario Ibarra de Piedra en la presentación del libro «Las Manos Sucias del PAN: Historia de un atraco multimillonario a los más pobres» de José Reveles.

Un texto que dijo Miguel Ángel Granados Chapa documenta paso a paso cómo en 6 años el gobierno «del cambio» aprendió todas las mañas, los subterfugios y la corrupción que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) aprendió en décadas.

Y es esto lo que reseña profesionalmente, comprobadamente José Reveles, quien a casi 40 años de vida profesional lo único que ha acumulado es precisión y compromiso.

Javier Solórzano quien también habló del libro, dijo que es una muestra del buen periodismo, del periodismo de investigación que se convierte en historia y pone agenda.

Pero las manos se pusieron rojas de aplaudir a la joven y vital Rosario Ibarra, a la que Granados Chapa auguró un destino vital en los próximos años. Porque será garante de la vigilancia al Congreso, a la actuación de los legisladores, una tarea fundamental.

Y es que el descubrimiento del desvío de 55 millones de pesos destinados a los pobres para a la financiación de la campaña de Felipe Calderón, «el de las manos sucias», es apenas la punta del aiceberg que se podrá ir documentando y profundizando en los próximos tiempos.

El auditorio, formado por amigos, parientes, allegados del escritor-periodista, estaba nutrido por compañeros periodistas, hombres y mujeres que en la raya no se han dejado deslumbrar por la mentira, la demagogia y los discursos superficiales. Que están ahí, como diría Reveles «en la talacha periodística» haciendo bien su trabajo.

El descubrimiento nítido de lo que ha sido capaz el grupo que ha gobernado al país en los últimos seis años, auguró Granados Chapa dará todavía mucho en el futuro.

Rosario, vestida de negro y su cabello suelto, llenó los ánimos al relatar con entereza cómo el joven periodista Reveles, hace 25 años se comprometió con la lucha de los desparecidos, con la tarea de indagar cuando no era la moda, la violación a los derechos humanos.

Con la herramienta de su oficio, dijo, abrió rendijas, escudriñó en el poder y su tarea no ha tenido reparo en documentar al crimen organizado.

Reveles ha hecho trabajos periodísticos sobre las asesinadas de Ciudad Juárez y las violadas del sur de la ciudad; sobre la pertinencia de las madres de los desparecidos y sobre el engaño y la simulación.

Y el libro juzga la tarea de legisladores, aprendices de las peores formas de engaño que el PRI desarrolló. Relata cómo el dirigente de Acción Nacional, Manuel Espino usó a un priísta conocedor para «dar clases de corrupción a lo ancho y largo del país a los panistas». Los mismos que usaron información privilegiada para dar recursos, para hacer campaña en cada computadora.

Y todo vino de Sedesol, ese lugar «ciudadano» en que la manipulación fue más grande que sólo mantener el poder. La manipulación de pobres e ingenuos. Porque el poder, dijera Rosario Ibarra, sólo puede ser detenido y acotado por la conciencia y el conocimiento de verdades como las relatadas por Reveles.

La luchadora explicó porque no se codea con los poderosos, porque no le creyó ni a Echeverría, ni a López Portillo, ni a Miguel de la Madrid, ni a Carlos Salinas ni a Vicente Fox.

Ninguno de ellos ni sus funcionarios dicen la verdad.

Criticó los millones de pesos invertidos en una fiscalía que no sirvió de nada, refiriéndose a la creada por el gobierno foxista para hacer justicia a la «guerra sucia» de los años 70.

Y Rosario, sin tapujos, dijo que no forma ni formará parte de ningún partido político, porque su lucha esta en ese grupo de mujeres de Eureka que con todo, han logrado localizar a 148 desaparecidos con vida. Y eso ha valido la pena.

Desde el Senado, -ella encabeza la lista plurinominal- hará su trabajo «aunque no conozca de leyes, ni tenga un currículum comprobable».

06/SL/LR

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