Urge activista a que se implemente protección a defensoras

“La situación no está como para seguir trabajando, pero volteo y veo a la demás madres que están en la misma situación que yo, y digo ‘es que no es justo, no nos podemos quedar calladas’. Es algo que tenemos que seguir denunciando desde donde estemos”, afirmó la activista chihuahuense Norma Andrade.
 
A propósito de la elección del primer Consejo Consultivo del Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, Norma Andrade urgió a que las y los activistas en riesgo cuenten con medidas de seguridad para proteger su vida e integridad personal. 
 
Así lo explicó la fundadora de la organización Nuestras Hijas de Regreso a Casa, quien ha sido hostigada, amenazada y ha sufrido dos intentos de homicidio por denunciar la desaparición y asesinato de niñas y mujeres en Chihuahua, y por buscar justicia para Lilia Alejandra, su hija asesinada en aquel estado en 2001.  
 
En diciembre de 2011 en la entidad fronteriza Norma recibió cinco impactos de bala cuando pretendía abordar su camioneta para ir a trabajar; tras los hechos se refugió en la Ciudad de México, pero en febrero pasado cuando entraba a su casa un desconocido la alcanzó y la hirió en el cuello con un arma blanca.
 
Meses antes, la activista y pionera en la documentación del feminicidio en Ciudad Juárez recibió amenazas de muerte en mantas colocadas cerca de la escuela donde daba clases. También le fue quemada su casa. Ninguna medida de seguridad evitó que fuera agredida.
 
A la distancia, Norma señaló: “Estoy viendo que ya no nada más en el estado de Chihuahua, la situación es difícil en todo el país. Creo que cada vez más la represión que los defensores estamos recibiendo es más delicada; ya no es nada más contra nuestra libertad de expresión sino que ya nos agreden físicamente”.
 
Andrade consideró que hoy sigue siendo urgente que las defensoras en riesgo por enarbolar causas como el acceso a la justicia, cuenten con medidas de protección cuando su vida corre peligro, de ahí la importancia de que el pasado 19 de octubre se integrara un Consejo Consultivo de expertos que hará esa labor.
 
La medida de protección, que hay que decir fue tardía porque se la otorgaron después del segundo intento de asesinarla, fue darle escoltas que la vigilan, pero su hija María Luisa García Andrade, también amenazada, no corrió con la misma suerte y tuvo que salir del país en busca de refugio.
 
“Nos podemos esconder para sacar nuestro dolor, pero nunca callarnos. En el momento que nos callemos vamos a permitir que el gobierno siga haciendo lo que ocurre en Ciudad Juárez”, advirtió la activista, quien desde su exilio continúa en la lucha a favor de la vida de las mujeres.    
 
De acuerdo con la Ley para la Protección de Personas Defensoras de los Derechos Humanos y Periodistas, publicada en junio pasado, el Consejo Consultivo dará su opinión y asesoría para todo lo referente al cumplimiento de la ley.
 
Al igual que Andrade, muchas activistas continúan en su labor pese a los riesgos que implica la defensa de las garantías humanitarias. “Yo no inicié en esto porque quise y no sabía los riesgos, ahora sí estoy consciente de ellos y se lo que puede pasar y pese a ello he decido seguir”.
 
Prosiguió: “Asesinaron a mi hija y yo quiero que el asesino y los funcionarios que permitieron que se siga asesinando a más niñas estén en la cárcel. En el momento en que se calle mi voz y no haya quien lo recuerde mi hija va dejar de existir. Mientras yo lo grite mi hija va a estar en la mente de todo mundo”, sostuvo.
 
Explicó además que en Juárez y el resto del país hay más mujeres que se arriesgan para garantizar el derecho a saber la verdad y para ella el objetivo es claro: “Voltear a ver de frente a mis nietos y decirles ‘luché hasta que el que asesino de tu madre estuviera en la cárcel’”.
 
12/AGM/RMB