Las muertes maternas prevenibles son una violación flagrante de los derechos humanos de las mujeres, que deben ser garantizados por los gobiernos, indicó la periodista Ileana Alamilla, en su columna Eclipse, titulada «Buena inversión».
A decir de Alamilla, invertir en las mujeres generará beneficios económicos y sociales de largo plazo y aún más provechoso cuando este aporte va dirigido específicamente a la salud materna, neonatal y reproductiva.
Según la columnista, casi toda muerte materna es evitable y no es un asunto de tecnología sino una cuestión de conciencia, de sinergias, de participación y de acompañamiento social multisectorial, por eso las estrategias de romper el silencio, sumar voces, construir alianzas y exigir los derechos son una buena propuesta.
De acuerdo con la periodista, en los discursos políticos y tecnócratas y en los análisis de expertos, se ha reiterado que es necesario fortalecer el capital humano, aspecto que debe ser el centro de atención de las políticas sociales y económicas, pues sólo con recursos para la educación y la salud se garantizaría la cohesión social.
La situación de salud, la falta de independencia y las muertes maternas son una muestra de esa ingente necesidad, pues los indicadores económicos, sociales y políticos y los índices de desarrollo humano, son fuente de constatación fidedigna de la exclusión, discriminación y falta de participación de las mujeres, subrayó la profesional.
Alamilla subrayó que la tasa de muerte materna en Guatemala es de 157 por cada 100 mil nacidos vivos, una de las más altas de América Latina y cuando se habla de mujeres indígenas, la situación se agudiza.
Finalmente, Alamilla dijo que hay que actuar enseguida, pues ya se tuvo tiempo para la discusión, el diagnóstico y el pronóstico, para las explicaciones, excusas y ofrecimientos; urge voluntad política, la cual debe traducirse en asignación de recursos para mejorar la salud materna.
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