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Usos y costumbres principal obstáculo para acceder a la tierra

Por Guadalupe Vallejo Mora

Los usos y costumbres tan arraigados en las comunidades indígenas son el principal obstáculo para que las mujeres puedan acceder a las tierras, lo que explica que -de acuerdo al Registro Agrario Nacional 2000-, de los 38.5 millones de ejidatarios y comuneros que hay en el país, únicamente 250 mil son ejidatarias y 500 mil posesionarías de tierra.

Así lo informó la coordinadora de Desarrollos Productivos del Fondo Nacional de Apoyo para las Empresas de Solidaridad (Fonaes), Carolina Morales García, al participar en el Congreso Internacional de las Mujeres Rurales: Estrategias para su Desarrollo, organizado por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Este hecho –dijo- limita el empoderamiento de las mujeres, esto es el «fortalecimiento de la identidad femenina, el desarrollo de sus habilidades y la adquisición de capacidades mayores para su desenvolvimiento profesional y personal», pues la propiedad de la tierra guarda una relación directa con el poder.

Al dictar la Conferencia Magistral El empoderamiento económico de las mujeres rurales: Una mirada desde México, explicó que de acuerdo al Censo de Población 2000, 25.4 millones de mexicanos habitan en el medio rural, de los cuales 50.4 por ciento son mujeres, siendo los estados de Guanajuato, Zacatecas y Michoacán los que concentran el mayor porcentaje de población femenina.

«Es evidente que si las mujeres urbanas padecen discriminación y desventajas, aún más lo padecen las mujeres rurales, por la falta de servicios de sus comunidades», destacó Morales García quien recordó que el empoderamiento femenino busca reconocer en las mujeres la capacidad de decidir por sí mismas.

El Fonaes reconoce que para apoyar el empoderamiento de las mujeres es necesario tomar en cuenta al menos cuatro elementos básicos: darles formación y capacitación para el trabajo, el autoempleo y los proyectos productivos; desarrollar la organización social femenina, fomentando la integración de cadenas sociales y productivas; tener presente el cuidado infantil, para mayor seguridad de quienes cuentan con hijas e hijos menores de seis años y, apoyarlas para que concluyan sus estudios de primaria o secundaria.

FEMINIZACION DE LA TIERRA

La Directora General de Estudios y Publicaciones de la Reforma Agraria, Alejandra de María Campos Orrico, destacó que aún cuando la migración ha ocasionado la «feminización de la tierra», en los hechos las mujeres difícilmente pueden acceder a la propiedad de las mismas y lo que es peor aún, se da una feminización de la pobreza.

Ante el director de Asuntos Internacionales de la Mujer de la SRE, Elizardo Rannauro, y mujeres indígenas de todo el país e invitadas internacionales, comentó que para que ellas puedan acceder a todos los beneficios «y podamos tener un desarrollo rural integral», es necesario reforzar la capacitación de las comunidades.

Coincidió con la funcionaria de Fonaes en el sentido de que los usos y costumbres de los pueblos indígenas y campesinos limitan el acceso de las mujeres a la posesión de tierras.

«Todavía nos falta mucho, tenemos un largo trecho por caminar para poder llegar a una verdadera igualdad para que en el campo, los hombres y las mujeres tengan el 50-50, esto es, que los dos tengan los mismos derechos».

Para ello se necesita reforzar la capacitación a fin de acabar con esta cultura de la disparidad, anotó al dictar la conferencia magistral El acceso de las Mujeres Rurales a la Tenencia de la Tierra.

De acuerdo a la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) cuando a las mujeres se les niega su igualdad en cuanto a la propiedad, su condición social, económica y política se menoscaba. Por el contrario, los derechos sobre la tierra aumenta el poder de las agricultoras en tales sectores.

«Garantizar la igualdad de los derechos de la tierra para mujeres y hombres, favorece las inversiones en tierras y la producción de alimentos, aumenta la seguridad familiar durante las transiciones económicas y sociales, y da lugar a una mejor administración de la tierra», concluye el estudio Género y Tierra, Igualdad de Condiciones de la FAO 2002.

El Congreso Internacional que tiene lugar en la sede de la cancillería concluirá hoy con la lectura de las relatorías y propuestas resultado de los dos días de trabajo abordados tanto en las mesas de trabajo en temas como Armonización Legislativa y Reconocimiento Nacional e Internacional de las Mujeres Rurales, además de los abordados en las Conferencias Magistrales.

05/GV/SJ

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