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Vamos por nuestros derechos

Por Sara Lovera

En unas horas estarán ante el público, con un rígido formato y a todo color los candidatos a la presidencia de la República y Patricia Mercado.

¿Qué esperar de ellos? Realmente poco. Principalmente por lo acartonado del formato de un debate que no será debate.

Pero la pregunta es que nos gustaría escuchar. Y eso si que es importante.

Los presidenciables no tienen idea real de lo que es la desigualdad entre los hombres y las mujeres, pero sería interesante saber qué idea tienen de ello si en el debate se les preguntara sobre ello.

¿Cuáles cree usted que son los derechos de las mujeres? ¿Considera usted como prioridad resolver este problema? ¿Ha analizado cuáles son los estragos sociales, culturales y económicos de la opresión milenaria de las mujeres? ¿Considera básico en su programa de seguridad nacional abatir y erradicar la violencia feminicida?

Sabrán los candidatos cuántas mujeres son asesinadas en este país; tendrán idea clara de cómo políticas de gobierno podrían abatir la muerte materna; sabrán la diferencia entre políticas generales y de género; estarán interesados en mejor de manera particular las condiciones de vida de las mujeres, más de la mitad de la población y más de la mitad de los probables votos el 2 de julio.

Me atormentan estas preguntas. Ninguno, ni siquiera Patricia Mercado, han puesto en sus prioridades, como asunto de Estado, el resolver la milenaria opresión femenina, la terrible exclusión de las mujeres, la nociva estela de calamidades sociales que implica la desigualdad sexual.

Es más, probablemente ninguno de ellos al pensar en el empleo, ese que tanto les preocupa, tienen claro cómo afecta su escasez a las mujeres adultas que migran de sus comunidades en busca de nuevas oportunidades, sin encontrarlas.

¿Tendrán alguna idea profunda de lo que es una política de género? ¿Alguno de ellos estará preocupado por los horarios escolares en beneficio de las mujeres? ¿Realmente pensarán en que la exclusión pertinaz que sufre la mitad de la población es nociva para el desarrollo económico, social y democrático?

Recuerdo perfectamente que los asesores de Vicente Fox lo hicieron decir el primero de diciembre del 2000 que gobernaría con una perspectiva de género. Lo hizo con su personalidad de merolico y luego, una a una, sus palabras se las llevó el viento y fuimos presas de una política conservadora, contra las mujeres.

Los saldos de este sexenio son devastadores para las mujeres. En la boca de los poderosos existen sus madres como respetables, pero a las mujeres no las ven. Es natural que sean discriminadas, maltratadas, desechadas como basura y usadas reiteradamente en la propaganda empresarial que se proyecta por el televisor.

La reducción del presupuesto en todos los ámbitos dónde podrían avanzar programas liberadores para las mujeres son indiscutibles: Andrés Manuel López obrador quiso desaparecer las Unidades de Atención y Prevención de la Violencia y eliminó todas las plazas de los institutos delegacionales de la mujer referidas a la difusión de sus derechos y sólo le es posible ver a las ancianas y a lo que él conoce como madres solteras.

Roberto Madrazo como gobernador primero de Tabasco y como dirigente nacional del PRI, encarnó la más brutal política antimujeres. Le hizo fraude a su compañera Beatriz Paredes y hostigó, maltrató, excluyó a Elba Esther Gordillo y no entiende nada de nada sobre la opresión de las mujeres. Eso sí, ama a su compañera de vida y usa las frases en boga sobre la igualdad. No tiene idea.

Felipe Calderón es el peor de todos. Su visión del mundo le impide reconocer los derechos de las mujeres, pretende eliminar el único avance del sexenio, la circulación de la píldora del día siguiente; está en contra de que las mujeres piensen, teme, como sus antepasados golpistas, fascistas y de la santa inquisición, a las mujeres liberales y avanzadas que demandan justicia.

Todos hablan de la familia monárquica y no reconocen a las otras familias. Son homófonos y consienten la prostitución, como un mal irreversible. No creen en la sociedad con democracia genérica. ¿Quien nos escuchará?

Lo que nos espera son años de lucha y búsqueda de salidas, de pequeñas hendiduras. Lo tenemos que seguir haciendo las mujeres, esas poquitas que seguimos creyendo en la urgente necesidad de ser personas, ciudadanas completas, mujeres dignas que nos oponemos a la violencia contra las mujeres.

Somos poquitas las que no tenemos ilusión sobre el poder de los hombres como definitorios para rescatar y promover nuestros derechos, poquitas las que sabemos que las instituciones que se crean son limitadas y sin destino; las que sabemos que las leyes son expresiones probables del cambio, pero incapaces de modificar todavía nuestra desigualdad.

Tenemos que seguir rompiendo el silencio, gritando y peleando. Tal vez esto es lo que debemos saber para no creernos los discursos vacíos, inhumanos y demagógicos de las próximas semanas. ¿Usted por quien vota?..
*Periodista y feminista mexicana

06/SL/LR

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