El fin de las detenciones arbitrarias, la tortura y los malos tratos, lo mismo que las desapariciones y las ejecuciones extrajudiciales, fueron la constante de la campaña de Vicente Fox y ahora, como presidente de México, dan cuenta de su incumplimiento, manifiesta Amnistía Internacional (AI) en su Informe 2002 cuya difusión estuvo a cargo de la sección mexicana.
En el capítulo correspondiente a México AI destaca que la impunidad de los responsables de esos delitos es una norma que continúa. A manera de ejemplo se documenta que en 2001 se encontraron los cuerpos de ocho mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, Chihuahua, las cuales se agregan a las que desde 1993 han sido encontradas muertas y que a la fecha suman 270.
Para la organización internacional defensora de derechos humanos las autoridades responsables han incumplido sistemáticamente su deber de investigar con eficacia esos crímenes, llevar ante la justicia a los responsables y tomar medidas adecuadas para proteger a las mujeres del lugar.
Además, según los documentos recabados a lo largo del 2001, en varios estados de la república hubo agresiones contra homosexuales llegando incluso en algunos casos a la muerte. «Las autoridades de los estados de Yucatán y Colima no actuaron con la debida rapidez para investigar estos hechos y procesar a los responsables», se lee en el apartado correspondiente.
Otro aspecto relevante del informe refiere que los tribunales militares no investigaron con eficacia ni procesaron a miembros del ejército mexicano acusados de violar los derechos humanos e impedir que las causas se vieran ante tribunales civiles.
De ello habría que recordar que el 8 de junio de 1994 miembros del ejército mexicano detuvieron ilegalmente, en un retén militar del municipio de Altamirano, Chiapas, a tres indígenas tzeltales que más tarde fueron violadas.
Hasta ahora el hecho se sigue ventilando en la institución militar, a pesar de que se trata de una violación tumultuaria, considerada un delito común y no de orden militar.
El Informe 2002 de Amnistía Internacional resume días de incertidumbre y angustia que en materia de derechos humanos se han vivido en el país. Los temores que muchos creyeron se acabarían con la transición democrática siguen vigentes. Con el balance, el Estado mexicano no puede presumir de estar limpio.
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