La violencia exacerbada hacia las mujeres es una realidad persistente en todos los rincones del planeta, de acuerdo con el informe 2003 de Amnistía Internacional (AI), la organización civil defensora de los derechos humanos más grande del mundo.
AI señaló que en Chechenia, una de las repúblicas integrantes de la Comunidad de Estados Independientes, destacan las agresiones sexuales durante la guerra por parte de militares rusos, así como en Sudán, mientras en Congo se registra una incesante violación a civiles por soldados rwandeses.
Las guerras originan movimientos importantes de refugiados, 70 por ciento de ellos mujeres expuestas a todo tipo de violencia, en particular la sexual como documentó AI en Nepal, al sur de Asia. Allí 18 refugiadas de Bután fueron agredidas por los trabajadores de asistencia humanitaria.
Sin embargo, la guerra no es la situación más peligrosa para la población femenina, según los casos retomados por AI en sus apartados por país de violencia hacia las mujeres.
Cientos de mujeres en Pakistán se reportan como ultimadas en el seno de su familia bajo los llamados «crímenes de honor». AI recogió 17 casos de estos asesinatos en Jordania y un número indeterminado de los mismos en Líbano, países todos con fuerte tradición musulmana.
En Bangladesh, también en el sur de Asia, hubo frecuentes informes de agresiones contra mujeres en sus casas y en las calles, entre violaciones, asesinatos y castigos con ácido para deformar sus rostros.
Pasando a Africa, las mujeres de Gambia denunciaron la práctica de la mutilación genital femenina, en tanto que en Suazilandia y Sudáfrica, además de una extensa violencia sexual y doméstica, las mujeres seropositivas aseguran ser discriminadas en la familia, incluso a la hora de recibir medicamentos.
AI reporta que en Kenia, Japón y Rusia, el año pasado las legislaciones no lograron proteger a sus ciudadanas de la violencia familiar, mientras que en el árabe reino de Kuwait rechazaron las peticiones para que las mujeres puedan votar en las elecciones.
Mientras que en los Balcanes–Albania y Kosovo—se trafica con mujeres y niños para explotación sexual, en la isla de Filipinas las presas son vejadas y torturadas.
En Arabia Saudita una mujer fue condenada en febrero pasado a 65 latigazos y seis meses de prisión por presunto adulterio con su cuñado, a pesar de que podría haber sido violación.
En Afganistán las restricciones a la vestimenta y circulación de las mujeres se mantiene, a pesar de la caída del régimen Talibán y debido a creencias religiosas o al temor por su seguridad personal en tanto que la ex ministra de la mujer, Sima Samar, fue objeto de intimidación y acusada de blasfemia.
México también ocupó su lugar en el informe ante la impunidad tras una década de asesinatos en la fronteriza Ciudad Juárez, así como por las violaciones de dos indígenas tlapanecas, Valentina e Inés, en la marginada montaña de Guerrero cometidas por militares.
2003/MR/MEL
|
disponible para periodistas y medios de comunicación impresos y electrónicos por favor citen la fuente El servicio informativo se realiza gracias al apoyo |